'Rituals' (1977): vacaciones en Ontario y alargamientos de pene
Rituals es una película canadiense de supervivencia y terror dirigida por Peter Carter y escrita por Ian Sutherland. Uno venía de la televisión y el otro se estrenaba como guionista, firman en esta Rituals la que es sin duda su mejor obra. Tampoco hay mucho donde rascar. En el reparto destacan algunas caras conocidas de la televisión de la época, especialmente Hal Holbrook, fallecido el año pasado y cuyo rostro podemos reconocer en multitud de producciones. Pero también está por ahí Lawrance Dane, menos reconocible que Holbrook pero que se ha prodigado mucho por series de televisión y la serie B.
A mediados de los sesenta comenzó el movimiento del nuevo Hollywood, un cine más visceral, violento, alejado muchas veces del realismo. Nacido de la contracultura de esa década, se libera de los tabúes del Hollywood clásico. Deliverance de 1972, o Defensa, como se tituló en España, es una película que exploraba estas nuevas fronteras y creaba/popularizaba un subgénero nuevo: el del terror rural. Sin ella, difícilmente habría habido La matanza de Texas dos años después y no hubiésemos podido disfrutar este año de esa joya de Ti West que es X. Toda esta parrafada para explicar que Rituals es un exploitation de Deliverance canadiense, que lo de copiar no sólo está reservado a los italianos o a los chinos.
Rituals es la historia de cinco amigos médicos que se reúnen cada año para hacer un viaje. En vez de irse a Las Vegas para apostar en el casino, acostarse con prostitutas y jugar al golf, deciden pasar unos días de acampada en el rincón más recóndito de Ontario. El bosque es un sitio aislado al que no ha llegado la civilización al que se accede en hidroavión. Como en Largo fin de semana (1978), la naturaleza, al principio idílica y bucólica, se convierte en un elemento amenazante y peligroso. Después del primer día de acampada, las botas desaparecen. Algo en apariencia sin importancia, la desaparición de unas botas, amenaza la supervivencia del grupo en este bosque. Y ese algo o alguien que ha hecho desaparecer sus botas comienza a acecharles.
Aunque la realización de la película tiene más de telefilme que de cine independiente, el valor de Rituals está más en el fondo que en la forma. Los personajes, en vez de colaborar por sobrevivir, empiezan a pelearse entre ellos y tienen que enfrentarse a difíciles decisiones morales. Están en territorio virgen, no existe más ley que la que ellos hagan. La película juega muy bien a despistar, porque no es hasta el final que aclara el carácter sobrenatural o no al que se enfrentan los personajes. Hay una escena en la que los personajes se despiertan para ver clavada en una pica la cabeza de un ciervo que me recuerda a la primera El proyecto de la bruja de Blair y que resulta muy inquietante. Convertir la naturaleza en algo amenazante es muy Algernon Blackwood y emparenta muy bien con el cine de género australiano de la década. También es un acierto ese pasado al que aluden los personajes y que parece que es lo que les persigue pero que sigue sin estar claro. Porque hasta el final no hay avistamientos del enemigo. Huyen de algo invisible a través de un medio hostil, sin el equipo adecuado y peleándose entre ellos. ¿Qué podría salir mal?
Que Rituals bebe de Deliverance es innegable, cosa que no me parece mala per se, como también es innegable que aporta una visión personal. Y a mí es esto último lo que me interesa. Rituals no es un slasher aunque al final tiene algo de eso. Como también tiene mucho de thriller y de cine de supervivencia. También, aunque a su manera, explota esa idea de que en determinadas condiciones una persona hará cualquier cosa para sobrevivir. Lo hemos visto convertido en tropo habitual en películas como Deliverance, Perros de paja o The Descent. Pero sobre todo hay dos cosas que me gustan mucho de la película: que sean médicos y fumen como carreteros y que al principio de la película estén discutiendo sobre montar una clínica de alargamiento de penes. Eso sí, sabed que después de ver Rituals te entran ganas de ver Bahía de sangre, Navidades negras, Pánico antes del amanecer y Las colinas tienen ojos en un bucle de películas de grano gordo del que es difícil salir.
1 de diciembre de 2022, 9:07
A estas alturas, el grano setentero y las señoras victorianas pueden considerarse zona de confort XD.
Además de la textura, es curioso como muchas producciones de esa época contraponen perfiles aparentemente civilizados con entornos y personajes muy hostiles, que sacan lo peor de ellos...algo que estaba ahí pero que en un entorno civilizado era una forma de agresividad que les servía para competir socialmente (la verdad es que es imposible no imaginarse a esos médicos en una consulta, echándote humo de Winston a la cara, mientras sacan de un cajón la dieta de la fotocopia y dicen que el vino y los embutidos, ni probarlos XD).
A día de hoy todavía tengo pendiente Deliverance, y con lo del estreno de As bestas no sé si hacerme un doblete entre American y Spanish gothic con Galicia siendo un entorno tremendamente chungo y cerrado...
2 de diciembre de 2022, 6:04
La verdad es que sí, rara vez me falla una película setentera o una señora victoriana.
En esta película me ha chocado mucho lo malas personas en las que se convierten algunos personajes y las excusas que se dan a sí mismos para justificar su comportamiento. Pueden llegar a ser muy crueles. Yo creo que estos médicos son más de ducados negros y carajillo a media mañana xD.
"Deliverance" está muy guay. Es mejor película que "Rituals", que también es muy entretenida pero tiene muchas escenas de personajes corriendo como pollos sin cabezas por el bosque, algo de lo que "El proyecto de la bruja de Blair" sacó petróleo a finales de los noventa.
"As bestas" la reservo (si es que la llego a conseguir descargar/comprar) para hacer doblete con "Bosque de sombras", una peli de los dos mil dirigida por Koldo Serra y protagonizada por Gary Oldman, ambientada en la España rural de los setenta. ¿Será que hay una mina ahí y pocos se han preocupado por explorar esa beta? A veces el terror, más que a la vuelta de la esquina o en la gran manzana, está en una ciudad de provincias del interior o en un pueblo de la España vaciada. Si no hay secta celta que practique sacrificios humanos en Astorga es porque todavía no se han puesto a ello xD.