Gales: colinas, castillos, playas y pueblos fantasma
¡Por la derecha no, por la izquierda! |
Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y descartando otras opciones como las Shetland y Córcega, este año tocó Gales. Y será por el cambio climático, por potra o por ambas cosas, pero como el año pasado en Escocia, disfrutamos de cielos despejados y bastante sol; tanto sol que casi me quemo. Y al igual que no nos encontramos con bandas de forajidos y zombis en Escocia el año pasado, tampoco tuvimos la suerte este año en Gales de dar con la dama del lago y los caballeros del rey Arturo. ¿Dónde se habrán metido? Porque una de las cosas más chulas de este país, Reino Unido, es el folclore popular. Están las tres hermanas que desafiaron la prohibición religiosa de trabajar el domingo y por esta transgresión se convirtieron en piedra. Tres rocas en lo alto de una colina que bajan todos los años al valle y que si tienes la desgracia de verlas moverse vendrán a por ti. Una leyenda que encontré reformulada hace poco en uno de los relatos que componen You'll Know When You Get There, el libro de la estadounidense Linda E. Rucker. También hay ecos de Lisa Tuttle y Ramsey Campbell.
¿Os acordáis de Flipper? |
De Cardiff al Snowdon, pasando por Hay-on-Wye y Merthyr Tydfil, atravesamos Gales de sur a norte subiendo por la costa. A pesar de esa homogeneidad imperante y cada vez más preocupante, Gales tiene muchas cosas que ofrecer al viajero. Sus parques nacionales es una: el parque nacional de Brecon Beacons con Hay-on-Wye, el pueblo con más librerías por habitante del mundo, está muy bien para perderse haciendo una ruta por la montaña y acabar el día en una casa de té tradicional de cualquier pequeño pueblo. O el parque nacional de Pembrokeshire, también al sur, de Tenby hasta Saint David's, uno de los pueblos más preciosos del país, con su catedral y su palacio episcopal de postal de ensueño. Ya en el norte tenemos el parque nacional de Snowdonia y la isla de Anglesey, que como Finisterre en Galicia dispone del pequeño pueblo de Holyhead, el fin del mundo galés. La isla dentro de la isla dentro de la isla. ¿Cómo te quedas, Christopher Nolan? Otra de las cosas que ofrece Gales en esta época del año es paz y sosiego para disfrutar de sus paisajes de colinas sin árboles.
¿Que qué nos han dado los normandos? |
Como en Escocia el año pasado y como en Mánchester en el día a día, en Gales siguen insistiendo en hablar un idioma ligeramente parecido al inglés, motivo de equívocos de divertidas consecuencias, como ir a pedir dos cervezas de marcas locales y acabar bebiendo cerveza elaborada en EEUU. Este año hubo pocas interacciones con autóctonos, más reservados y menos amables que en Escocia. También pudimos observar que el turismo en Gales, en general, es turismo interno: ingleses, sobre todo en esa época del año, parejas de jubilados y familias con pasta. Si en Escocia han podido mantener sus tradiciones vivas frente al vecino del sur, en Gales todo queda más impostado: como el Madrid que todo lo engulle, Gales se ha vaciado y ha quedado como decorado turístico para los ingleses.
Encrucijada donde Robert Johnson vendió su alma al diablo |
Como la meseta leonesa y castellana pero con mar |
Nada mejor para bajar el fish & chips de la cena que un paseo por el cementerio |
10 de noviembre de 2022, 8:49
Me parece muy mal que la Dama del Lago no haya devuelto Excalibur y Reino Unido no pueda tener a su legítimo rey como merece, en lugar de seleccionar al próximo vejestorio en línea sucesoria xD.
Lo de Gales me recuerda que todavía tengo sin leer el libro de Marie Trevelyan sobre mitología, y que es curioso que frente a la irlandesa o escocesa, la de Gales parezca más reservada, vinculada o conocida por sus vecinos ingleses. Aunque el territorio acabe orientado al turismo como gran parte de las ciudades. Barcelona es el parque temático para los turistas que les da pereza ir a chuzarse a Magaluf, Bilbao se ha convertido en el país de Los Fines de semana de Pinchos y en Santiago empiezan a estar hasta los mismísimos de los peregrinos. Es inevitable la sensación de ir a ver un escenario y no una ciudad...siempre digo medio en broma que si algún día salgo de la cueva y visito París, me acerco a las Catacumbas y de vuelta (para todo lo demás, los comics de Tardi y los folletines).
Lo de Cuenca y la Goth Weekend está reñido, pero debería ganar de lejos La Mancha: no solo es la cuna de la hora chanante sino que pueden estar orgullosos de que conan hoyara con sandalias la Ciudad Encantada.
14 de noviembre de 2022, 11:53
La verdad es que otra cosa no, pero folclore y tradiciones tienen un rato. Mucho mejor Arturo y excalibur que el viejales de Charles xD.
Antes del viaje me pillé tres libros sobre folclore y mitos de Gales, que giran entre la materia de Bretaña o artúrica, lo celta y reelaboraciones modernas de mitos y leyendas locales. Un batiburrillo con el sello "galés" que no tiene la consistencia de los mitos y leyendas escocesas e inglesas. Ser el hermano pobre de Inglaterra tiene sus consecuencias.
La sensación de visitar un decorado me pasó muy fuerte en Carcassonne hace unos años, con ese castillo que bien podía pasar como parque de atracciones, lleno de tiendas y turistas. Yo lo de ir a París a ver las catacumbas lo veo, pero le añadiría un tour de los cruasanes XD.
Se me había olvidado lo de Conan. Cuenca gana enteros xD.