Boom 2024: Gorka, j-horror y señoras latinoamericanas

Otra vuelta completa alrededor del sol donde lo más destacable en este puntito azul del universo han sido una nueva guerra y la vuelta del señor de pelo naranja a la Casa Blanca. La pendiente por la que nos deslizamos se va poniendo cada vez tan cuesta arriba que ríete tú de los señores de entreguerras preocupados por el auge del fascismo hace cien años. 2024 también ha sido un año pasado por agua. En Mánchester comenzó a llover en octubre de 2023 y no paró hasta noviembre. Y Mánchester no es Macondo en época de lluvias pero se le parece, sólo que en versión posindustrial deprimida. También he podido disfrutar de la lluvia en mis vacaciones en Normandía y en mis escapadas a España. Pero oye, que tampoco estamos tan mal. He leído mi buena ración de libros, he disfrutado de mis vacaciones pasadas por agua y me he mudado sin morir en el intento. Si todo sale bien, 2025 será el año de la mudanza de vuelta a España. Salamanca, Tudela, Zaragoza, Vitoria y Bilbao son las candidatas. A ver qué tirada de dados sale.


LIBROS

  • La novela que más me ha gustado: Pues al contrario que el año pasado, en 2024 sí ha habido varias candidatas a lo mejor del año. Los escorpiones, el tocho de Sara Barquinero y uno de los fenómenos literarios del año, me ha fascinado de principio a fin. Novela dura de leer por la crudeza de muchos de sus pasajes en los que se trata cuestiones como la depresión, la ansiedad y el suicidio, también tiene sus buenas dosis de creepypasta y conspiraciones. Pasarse la vida en modo adulto no es fácil.

  • Premios mejor novela casi pero no ex aequo: Novela B de la paraguaya Mónica Bustos. Vampiros, hombre lobo, ovnis, conspiraciones... Una novela que sale casi de la nada y que no es lo suficientemente conocida. La mala educación de Alana S. Portero, que no es del género, también me ha conmovido.

  • Menciones especiales: Este año ha habido buena mandanga. Fulgor (2022) de Alma Mancilla, Cometierra (2019) y Miseria (2023) de la recién cancelada por el gobierno de Milei Dolores Reyes, Sangre en el ojo (2012) de Lina Meruane, La dimensión desconocida (2016) de Nona Fernández, Mugre rosa (2020) de Fernanda Trías y El doctor Hoffman y las infernales máquinas del deseo (1972) de Angela Carter también las he disfrutado muchísimo. Las señoras latinoamericanas nunca decepcionan.

  • Relectura: Nada de Carmen Laforet. Desde que leí la reseña de Barrilete Cósmico la incluí en la pila de libros. Cómo cambia nuestra percepción de una obra con los años y las lecturas acumuladas.

  • Libro de relatos que más me ha gustado: La cosa ha estado reñida, pero mi favorito de este año es Ansibles, perfiladores y otras máquinas de ingenio (2020) de Andrea Chapiella. ¡Qué gozada de libro! 

  • Premio mejor libro de relatos casi ex aequo pero no: Monstruos bajo la lluvia (2022) de la costarricense Larissa Rú. Que en Latinoamérica se escribe la mejor literatura del momento no hay dios que lo rebata. 

  • Menciones especiales: Un lugar soleado para gente sombría (2024) de Mariana Enriquez, Tres truenos (2021) de Marina Closs y A Spaceship Built of Stone and Other Stories (1987) de la que nunca puede faltar, Lisa Tuttle.

  • Mejores antologías de relatos: Los tres números de Rocambolesca, la nueva revista de ciencia ficción mexicana editada y coordinada por Ari Pérez. Un buen nivel y un montón de autores y autoras que descubrir. 

  • Libro de no ficción: Nada destacable este año.


PELÍCULAS


  • J-horror: 2023 fue mi año italiano de los gialli y este 2024 ha sido el de ver pelis de terror japonesas por encima de mis posibilidades. Más en concreto películas de eso que se llamó j-horror en occidente y que no deja de ser una renovación del cine de terror japonés. Fue todo un fenómeno fuera de sus fronteras y una influencia para el terror occidental que todavía se mantiene. Como dice la chavalada, PEC. Me he visto la saga entera de Senritsu Kaiki File del puto loco de Shiraishi y he revisitado la saga Ju-On, además de empezar a apreciar los directos a vídeo de escasa calidad. ¿Será esto síndrome de Estocolmo?

  • Fulci y franceses: No he visto tantas pelis italianas como me gustaría, pero he tenido mi buena ración de Fulci al revisitar o ver por primera vez algunas de sus pelis de los ochenta y algún western de los sesenta. Para 2025 dejo el visionado de sus últimas pelis. También he tenido buena ración de pelis franchutes, casi todas actuales. Gueules Noires (2023), Le Mangeur d'âmes (2023), La Tour (2022), Falcon Lake (2022), Vermines (2023), Le Règne animal (2023), Acide (2023), Les chambres rouges (2023) y Mars Express (2023) han sido algunas de mis favoritas este año. Hay terror, thriller noire, ciencia ficción, fantasía y un mucho de no haber superado el trauma de los últimos años pospandemia.

  • Películas del culto: Siguiendo con los franceses, Mais ne nous delivrez pas du mal (1971) de Jöel Séria me ha flipado. El Jesús Franco bien. Otra francesa más es La traque (1975) una especie de cruce entre DeliveranceLos santos inocentes versión Francia setentera. La australiana Thirst (1979) vuelve a demostrar que por esas tierras no andan bien de la cabeza y que los vampiros son más que seres de luz como en Crepúsculo. The Killer (1989) es un thriller de acción de John Woo con el que abro la puerta al cine hongkonés. Memorias del ángel caído (1997) es una de esas escasas pelis de terror españolas ahora difícil de conseguir y convertida en culto.

  • Pelis de 2024: No soy de ver mucho cine actual más allá de cine de terror. Dune: Part Two (2024), Furiosa. A Mad Max Saga (2024), Trap (2024), I Saw The TV Glow (2024), The First Omen (2024) y Nosferatu (2024) son pelis de este año que más me han gustado. The First Omen es la responsable de que me haya visto toda la saga.


SERIES


Se vuelve a repetir la historia: apenas veo series de televisión. Casi siempre, de ver algo, es en un vuelo.

  • Mi favorita del año: Para no variar, no es ninguna novedad. Mi favorita ha sido la cuarta y última temporada de Evil. La serie se despide con una temporada un poco flojilla y con un cierre para los personajes, que si bien no deja nada abierto, sí que da mucha pena. Evil es la heredera de Expediente X, con más fallos que aciertos pero con muchos momentos que son de no creértelos.

  • Otras: Black Summer, una de zombis con grandes espacios vacios y una narrativa fraccionada que al principio mola y luego cansa. La cuarta de From, que adolece de todos los males de Perdidos pero que también engancha lo suyo. La segunda temporada de El silo (2023), que comenzó este mes y de la que sólo he visto los primeros dos capítulos. La primera temporada de Tales from the Crypt.



TEBEOS

Tampoco 2024 ha sido el año de los tebeos. Y tampoco cambio de autor favorito. He tirado de números únicos, no de grandes series, y he picoteado un poco de aquí y de allá.

  • Mi tebeo favorito del año: Otro año más James Tynion IV vuelve a aparecer como autor de mi tebeo favorito. Este año le toca a Worldtr33, otra de sus nuevas series. Tynion tiene un buen olfato y sabe sintonizar muy bien con los terrores modernos. Worldtr33 es una revisitación actualizada de la Kairo (2001) del Kurosawa bueno pasada por el tamiz de Tynion. Esperando con ganas al tercer tomo recopilatorio.

  • Menciones especiales: The Deviant, una de asesinos en serie de Tynion que sirve para abrir boca ante la esperada Spectregraph que se publica en 2025. Al ritmo que leo tebeos, podría vivir únicamente con la mandanga que escribe Tynion. The Season Have Teeth (2023) de Dan Watters. Un viaje muy guapo donde el prota, fotógrafo, y la fotografía, tienen un papel importante en la narración. Double Walker (2021) de Michael W. Conrad. Folk Horror en las Tierras Altas escocesas. 


VIDEOJUEGOS

                                                                                                                                                                      

Terminé 2023 con el propósito de no volver a comprar un ordenador portátil, sobre todo después de hacerme con la SteamDeck para jugar. ¿Qué he hecho en 2024? Comprarme un nuevo ordenador portátil. Quién quiere coherencia cuando puedes tener un dinosaurio. Aunque lo he usado más para editar foto que para jugar, con la llegada del otoño le he metido caña con unos cuantos videojuegos.

  • Mi favorito del año: Igual la palabra favorito le viene grande, porque no ha habido ningún videojuego que haya jugado en este 2024 que me haya volado la cabeza. Pero The Quarry está curioso. Los de Supermassive Games entregan una aventura interactiva bastante disfrutable. Quieren ser un slasher de los ochenta aunque son más noventeros que otra cosa. Cuenta con un reparto de actores y actrices que además de poner voz también ponen las caras, lo que eleva al juego por encima de otras producciones de la compañía. Aunque les sigue pasando como en los de Dark Pictures, que en lugar de pulir cada entrega, daban algunos pasos atrás: el The Devil in Me fue un juego que me cabreó hasta el punto de desinstalarlo. 

  • Menciones especiales: Los Batman de Telltale, especialmente el primero. Como los de Suppermassive Games, los juegos de Telltale son sota, caballo y rey, pero aquí sí que los tienen bien puliditos. Tampoco hay mucha diferencia de uno a otro, lo cual también los hace más aburridos. Tengo The Expanse pendiente de jugar. Con el Hogwarts Legacy todavía estoy metido y auguro un par de meses hasta pasármelo, pero me está gustando mucho. Y el Citadelum, rollo Caesar III, Zeus y Pharaoh, también me ha enganchado lo suyo este 2024.


MÚSICA


  • Mi disco favorito del año: Hasiera Bat (2024) de Gorka Urbizu. Sin avisar y casi de la nada, Gorka publicó su primer disco en solitario después de la disolución de los Berri. Un álbum que invita a la reflexión y a una vuelta a la lentitud fuera de los ritmos acelerados de vida actuales. Cortito, de una media hora de duración, cuenta con una producción orgánica casi rozando el minimalismo. Ni falta ni sobra nada.

  • Mis otros favoritos de este año: Orube (2024) de Izaki Gardenak, Entre todas lo arreglamos (2024) nuevo EP de Repion, Giza zarata (2024) de Anari y el Caldo espírito (2023) de Xoel López.

  • Menciones especiales: Atera (2019) de Zea Mays, Pasadena (2021) de Pasadena, Europa (2023) de Ultraligera, Lautada (2022) de M I C E, Infrasoinuak (2017) de Berri Txarrat, Punisher (2020) de Phoebe Bridgers, Wild God (2024) Nick Cave & The Bad Seeds y el puto Luis Brea.



2024 tampoco ha sido el año del apocalipsis zombi. Uno de mis compañeros polacos de trabajo, muy amigo del misterio como Íker, pronostica una invasión extraterrestre para 2025. Sí, está un poco cucú. Yo sólo digo que ojalá, para que trabaje otro. En 2024 le he pillado el gusto a eso de la fotografía. También ha sido el año en el que las entradas en el blog se han reducido aún más. Otro año más siendo gentrificado y teniendo que mudarme. También ha sido el año de varios viajes y reencuentros. 2025 también pinta ajetreado. Ojalá sea el de mi vuelta a España. En cualquier caso, que sigamos emocionándonos con las cosas que nos gustan y con la compañía de los que queremos y nos quieren. Que las tiradas de dados nos sean propicias en este año 2025.






J-Horror: VOLUMEN IV

Kidan Piece of Darkness (2016) es una película antológica basada en unos libros sobre historias de fantasmas. Por ahí están Koji Shiraishi y Mari Asato. Las distintas historias que componen la película son independientes unas de otras y siguen diferentes planteamientos narrativos: a veces existe un planteamiento previo, otras no, lo mismo sucede con nudo y desenlace. Al ser breves, de no más de diez minutos, algunos segmentos se quedan cortos y otros demasiado largos. Lo único irritante, sobre todo al principio, es la voz en off que introduce cada historia con el "recibí una carta donde contaban esta historia". En los primeros segmentos la voz está muy presente sobreexplicando la trama de manera innecesaria. 

Como suele ser habitual en este tipo de películas, hay segmentos mejores y peores. Casi todos son de temática sobrenatural y recogen alguna leyenda urbana japonesa y/o universal. Está el hombre sombra, la chica de la curva... O unos niños jugando en un cementerio.

La voz en off y la más que correcta producción, más de lo que suele ser habitual en este tipo de productos, le dan una unidad a la película.


Rin of Curse (2011) es una película dirigida por la japonesa Mari Asato. La historia gira sobre una colegiala que usa la escritura como manera de matar a sus compañeros de clase. Un poco como en Death Note, esta habilidad se basa en maldecir las palabras que escribe. Es tan potente que cualquiera que lea o vea su escrito, muere. En principio se nos presenta como una víctima de bullying, pero pronto descubriremos que las cosas no son lo que parece. Será una compañera suya, Yuka, la que descubra lo que hay detrás de tantas muertes.

La película, además de Death Note, también está influida por Ringu y esa idea de maldición que se expande como un virus. Algo también presente en It Follows (2014), la peli de Robert Mitchell. A veces la mejor manera de evitar la maldición es pasársela a otra persona.

Otra parte interesante de la película es la narración dentro de otra narración, con escena poscréditos incluida. Juega la carta meta de "esto es una ficción pero no". Además, como Kidan Piece of Darkness, la película luce bastante bien.


Kakari aka Possesed (2022) es una película dirigida por HiRoKi. No he encontrado casi nada de información sobre este director/a.

Juega la carta de Ring of Curse de narración dentro de otra narración, pero rizando un poco más el rizo. El prota es una especie de médium con poderes para ver el mundo sobrenatural que va a grabar un programa de lo oculto a un balneario abandonado. Mientras el reportero/presentador le va haciendo preguntas, se intercalan imágenes del canal de Youtube del prota. Por último, cuando le preguntan cómo consiguió sus poderes, empieza una película diferente que narra cuando era adolescente e hizo una excursión a una isla. No tiene nada que ver con lo habíamos visto hasta entonces, con esa cámara en mano simulando un documental. Y esta parte es donde empieza la mandanga de verdad. Por último, después de conocer esa historia de origen, se resuelve el asunto de la visita al balneario abandonado. 

Kakari es una película no muy conocida pero a la que se puede acceder gratis en Youtube con subtítulos en inglés. Y dura poco más de setenta minutos.









J-Horror: VOLUMEN III

Tales of Terror: Haunted Apartment (2005) es una película dirigida por Akio Yoshida. Además, no es de las que hay que perdonarle muchas cosas, ya que es una producción más que correcta a nivel formal.

Aimi es una joven adolescente que se muda con su padre a un nuevo apartamento. Su madre murió en un accidente de coche hace dos años y desde entonces todo ha ido a peor para ella: han perdido la casa y su padre se ha convertido en alcohólico. El nuevo edificio al que se mudan ha conocido mejores épocas y sus vecinos parecen ser gente extraña. Pronto descubren las reglas (como en Ringu) que les tocará seguir si quieren sobrevivir. Porque sí, el edificio está maldito (hola Ju on). Ai, una joven adolescente como Aimi, murió hace años. Era tal sus sentimiento hacia ese edificio que se quedó a vivir allí e invitó a otros espíritus. Sólo te deja mudarte del edificio cuando otros inquilinos se mudan. Y tienes toque de queda: a las 12 en casa o Ai te mata. Claro, esto conlleva una serie de problemas prácticos que aborda la película: no puedes ir a la universidad a otra ciudad, ni salir tarde del trabajo, ni aceptar una promoción que conlleve traslado a otra ciudad, ni ponerte malo y acudir al hospital. Pero el punto fuerte es la parte dramática (Dark Water), que va ganando terreno conforme avanza la trama. Tales of Terror: Haunted Apartment es una pequeña joyita con un par de giritos muy bien llevados.


Vanished: Age 7 (2011), también conocida como Vanished Girl in the Woods es una película dirigida por Ryuta Miyake. Miyake es responsable de una de las mejores películas de la saga Ju-on, Ju-on: White Ghost.

El segundo título por el que es conocida la película, la de Chica desaparecida en el bosque, es el que más se ajusta a lo que de verdad sucede. Y es mejor no leer ninguna sinopsis, porque la película juega a despistar y lo que se puede leer en la red sobre la película sólo ayuda a confundirnos más. Vanished: Age 7 es bastante tramposilla, con escenas que son un sueño o una alucinación de alguno de los personajes y con un desorden cronológico de la trama que nunca acaba de quedar del todo claro para el espectador.

La película narra la desaparición de una niña de 7 años en un bosque a la vez que se producen otras desapariciones de adolescentes en el mismo bosque. Todas sin aparente conexión entre sí, o eso es lo que parece.

Vanished: Age 7 no es una película a la que haya que perdonar muchas cosas, como sucede con otras (muchas) en el J-Horror, aunque los trucos para generar y mantener el desconcierto pueden irritar un poco.


Premonition (2004) es una película dirigida por Norio Tsuruta, con amplia experiencia en esto del terror. Suyas son Ringu 0 (2000), Dark Tales of Japon (2004) y Tales of Horror from Tokio (2003), por citar alguna de las "conocidas".

Como en Al final de la escalera (1980), el protagonista pierde a su hija cuando aparca el coche un momento para hacer una llamada telefónica desde una cabina. Mientras está haciendo esa llamada, aparece la hoja de un periódico anunciando la muerte de su hija. Algo que sucede unos minutos después. Luego no hay ni rastro de ese pliegue. Años después, es un profesor nada respetado en un instituto de secundaria, mientras que su ya exmujer se dedica a experimentos paranormales, entre los que están la precognición. Así es como vuelven a entrar en contacto para investigar eso que en la película llaman Horrible News.

La película tiene ecos de El efecto mariposa (2004), aquella película sobre viajes al pasado para cambiar cosas que siempre tenía consecuencias en el nuevo presente. Aunque estas similitudes acaban enseguida, ya que el planteamiento está hecho desde el sobrenatural japonés y no sobre la ciencia ficción. Porque también tiene pizcas de Destino final (2000), esa muerte cabrona que siempre tiene un plan.

¿Qué no haría un padre por salvar a su hija? ¿Y las consecuencias? Pues eso, película predecible de las ve venir de lejos pero que tiene polaroids que capturan la muerte, cintas de vídeo extrañas y periódicos del futuro. A mí me vale.


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J-Horror: VOLUMEN II

La tienda maldita (2004) o Cursed es una película dirigida por Yoshihiro Hoshino. Como muchas de las películas de J-Horror, esta es una de las directas a vídeo. Vamos, que no hay que esperar muchas cosas a nivel formal. La banda sonora, cuando hace acto de presencia, es como de peli de sobremesa de Antena 3. Pero pianillos aparte, la cinta tiene otros valores.

La película sigue la vida de Sao, una joven que trabaja como dependienta en una tienda 24h. Lo que sucede es que la tienda, como no esconde el título en castellano, está maldita. Además los dueños, el matrimonio Kimura, están como maracas. Todo cliente que tiene la desgracia de hacer una parada se lleva una maldición para casa. Está la mujer perseguida por un tipo con una maza y la cara vendada, la Sadako que sale de una nevera que es como la Tardis por dentro, el que va a los baños públicos y acaba con la cabeza rota... Y siempre, siempre, está el detalle de la caja registradora: siempre hace como un ruidito y marca cantidades como 666, 699, 999 o 44.444 (número de la mala suerte japonés). Y con la maldición para casa que te vas. 

No es un peliculón ni mucho menos, hay que perdonarle cositas, pero tiene algo que fascina y engancha. Es un poco como la Phantasm de Coscarelli, que debería no gustarte pero que cuando compras te da una alegría. El Aldi de mi barrio en Mánchester es tan sórdido como esta konbini, pero eso ya es otra historia.


Gate to Another World: Street View (2011) está dirigida por Soichiro Koga, un director con larga trayectoria en los directos a vídeo. Dicho lo cual y al igual que La tienda maldita, no hay que pedirle peras al olmo. Especialmente irritantes son los pianillos de la banda sonora.

La película narra una historia con tistes de creepypasta. Shimizu es una joven universitaria que vive con su madre, su abuelo y su hermana pequeña. Un día ésta desaparece y la única pista es una imagen del Street View abierta en su ordenador. Es la foto de una casa con una misteriosa figura en la puerta. Una figura que parece estar viva porque se mueve. Con ayuda de una amiga y de Wanabe, el joven friqui experto en lo oculto. Lo que Shimizu descubre es que hay otra realidad alternativa y el Street View a veces muestra una ventana a ese mundo. Pero claro, eso funciona en las dos direcciones: puedes asomarte a esa realidad pero también puedes ser vista. Lo cual, obviamente, nunca es buena cosa. La película tiene una cocción lenta que no se hace pesada, sobre todo por lo poco más de hora y diez de duración. El final es desolador. 


Occult Bolshevism (2018) es una película de Hiroshi Takahashi. Tiene otra peli, The Sylvian Experiments (2011), que también mola mucho. De las tres películas de las que hablo en esta entrada Occult Bolshevism es la mejor. Otra película pequeñita pero muy aparente. En poco más de setenta minutos Takahashi resuelve muy bien la papeleta.

Un grupo de personajes se reúnen para contar sus experiencias paranormales. El objetivo, se nos dice, es demostrar la existencia del más allá. El para qué, se nos revelará al final. Por si no queda claro con el título, la historia se sitúa en un Japón alternativo conquistado por la URSS. Es gracioso cuando para animarse, los personajes se ponen a cantar juntos el himno de la URSS. La casi única localización de la película, exhibe los retratos de Stalin y Mao. Nunca se explica cuál ha sido el giro histórico que ha convertido a Japón en un protectorado soviético, y casi que mejor, porque así va directa al grano.

Si ya es curioso ver a japoneses soviéticos, el rollo de científicos experimentando con lo oculto le añade un extra al misterio de la película. Además, Takahashi es todo un teórico (y profesor) de cine, se puede encontrar mucho subtexto en Occult Bolshevism. O se puede disfrutar como peli de terror.

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J-Horror: VOLUMEN I

¿Qué es el J-Horror?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es el J-Horror? ¿Y tú me lo preguntas?
J-Horror... eres tú


El J-Horror o nuevo cine de terror japonés ha evidenciado ser una etiqueta en la que cabe de todo. Incluso se ha aplicado el término a películas de otras nacionalidades. Shutter (2004) es una película tailandesa, pero también aparece en muchas listas de J-Horror. Sólo la pujante industria cinematográfica coreana parece reclamar para sí su propio cajón de sastre.

Habría que delimitar el término para no llevarse a equívocos y separar el grano de la paja. Ha existido cine de temática fantástica y de terror en Japón desde 1945. Uno de los subgéneros más cultivados en esas primeras décadas después de la II Guerra Mundial fue el kaiju, películas con un monstruo como amenaza principal. La más famosa y que ha traspasado fronteras es Godzilla (1954) y sus incontables iteraciones. El otro subgénero popular en esas décadas es el kaidan, películas de fantasmas tradicionales ambientadas en el pasado. De las famosas tenemos Onibaba (1964) y El más allá (1965). Luego existen cosas raras como Housu (1977) o mezclas de distintos géneros como Naked Blood (1995), pero que si bien tienen elementos de terror, no son J-Horror. Así pues, ¿qué es el J-Horror?

Lo primero que tenemos que saber sobre el J-Horror es que es una etiqueta occidental que se usa para referirse a las películas de terror japonesas y que comienza a usarse tras el éxito internacional de Ringu (1998). Alguna de las características de esta nueva corriente cinematográfica es que están ambientados en la actualidad, generalmente mostrando algún tipo de conflicto o drama, en el que suelen aparecer retratadas familias desestructuradas y/o temas como la soledad, el aislamiento y la incomunicación (hola Kairo). Por tanto, un kaidan ambientado en el periodo Edo no es J-Horror. La otra característica, cuasi definitoria del género, es el aspecto sobrenatural, sustentado en la cultura tradicional y folclore nipones. Audition (1999), la película de Miike que adapta la novela del Murakami bueno, no es J-Horror


Con estas breves pinceladas sobre lo que considero J-Horror y sin afán ninguno por pontificar, paso a hablar de algunas películas que me han gustado y que considero que merecen la pena.


Hikiko's Tragedy (2013), como es conocida en su edición en inglés, es una película dirigida por Hisatake Kikkawa. Amumo 98 es la productora detrás de la película. Especializada en la producción de películas de muy bajo presupuesto, casi cine de guerrillas, en esta película hay valores de producción que sin ser una locura, se elevan un poco sobre la media. No hay que olvidar que Omumo 98 es café para los más cafeteros.

Hikiko's Tragedy está rodada como un falso documental y sigue los pasos de un equipo de investigaciones paranormales. Hay un doble girito metanarrativo: el metraje que vemos no es sólo el de este falso programa, si no el de otro cámara, el becario, que graba al equipo para las tomas extras de una supuesta edición en DVD. Es así como descubrimos la fabricación del mito de Hikiko, el espíritu que se venga de los que han abusado de ella en el instituto despellejándolos vivos. No tienen escrúpulo ninguno, ante la falta de evidencias, en inventarse la historia de Hikiko. Es muy interesante el ejercicio sobre cómo la película conecta redes sociales, la retransmisión en streaming del programa, con la creación de una nueva leyenda urbana. Cuando empiezan a aparecer cadáveres de hombres despellejados, el director del programa intenta desvincularse de lo que han creado, pero ya es tarde. La película se vuelve un poco loca al final, con mucho personaje corriendo como pollo sin cabeza, pero no desmerece el viaje. Lo que podía ser una película llena de clichés, que los hay, con la idol presentadora haciendo cosas de idol presentadora, se convierte en una propuesta muy interesante y algo distinta a lo que estamos habituados.


Ura Horror (2008) es una película antológica dirigida por Yohei Fukuda y Koji Shiraishi, ambos directores de guerrilla. El más conocido es Shiraishi, que demuestra una vez más que lo del metraje encontrado es lo que mejor se le da, repitiendo lugares comunes de su cinematografía como esa especie de hilos negros que salen por la boca de uno de los personajes y que representan un espíritu maligno. Ura Horror está en la línea de las más que recomendables Noroi (2005), Occult (2009), A Record of Sweet Murder (2014) y su larguísima saga Senritsu Kaiki File Kowasugi! (2012-2023).

Ura Horror es una peli de segmentos que siguen una misma estructura narrativa: un señor o señora con la cara pixelada y la voz distorsionada presentan una cinta de un programa de televisión que no llegó a ser emitido o que se perdió porque tuvo lugar un suceso sobrenatural. Está la idol que presenta un programa de lo oculto que se va a buscar un santuario maldito al bosque, el doblador de cucharas en una escuela al que el truco le sale demasiado bien, el señor que imprime pensamientos en fotografías instantáneas, la médium que realiza un exorcismo a una niña... Todo segmentos breves, a veces incluso muy breves, con sus zooms a la nada, las repeticiones de escenas a cámara lenta y los cartelitos avisándonos de que lo que vamos a ver a continuación podría dañar nuestra salud física y mental. Koji jefazo.


The Vanished (2006) es una película dirigida por Makoto Tanaka. Con aires de thriller, poco a poco se va adentrando en lo sobrenatural. El prota es un reportero de una revista sensacionalista que investiga la aparición del cadáver de un niño ahogado. Mientras está en la sala de autopsias recabando información del médico, el niño se despierta y desaparece. La pista sobre este niño le lleva a una aldea casi abandonada del Japón profundo y a desentrañar el suceso que la traumatizó muchos años atrás, cuando treinta niños desaparecieron en el bosque sin dejar rastro. O al menos eso parece, porque algunos de esos niños vuelven a casa y piden a sus padres que les dejen entrar en casa. ¿Qué son y qué quieren? ¿Por qué no envejecen? El tema de los niños cambiados por las hadas nos suena en Occidente, pero en The Vanished le dan su toquecito nipón. Más allá del tema, la trama se toma su tiempo para avanzar y crear una atmósfera, que con la fotografía de tonos otoñales, impregna la película de un aire nostálgico y melancólico: la historia de la tragedia que golpea a un pequeño pueblo y a sus habitantes. De las tres películas de las que he hablado, esta es la que exige un poquito más del espectador, pero si entras en la propuesta el viaje merece la pena.


El J-Horror es un mundo donde abunda la purria y donde es difícil encontrar películas que merezcan la pena más allá de los títulos archiconocidos. Hay vida después de Ringu (1998), Dark Water (2002) y Ju-on: The Curse (2000). Sirva esta entrada para desbrozar un poco ese bosque.





 






Señoras latinoamericanas I: Mónica Bustos y 'Novela B'

Mónica Bustos (1984) es una escritora paraguaya que ha cultivado los géneros del terror y la fantasía. Novela B, publicada en 2013 y reeditada hace unos años, se adelantó unos años al boom iniciado con Las cosas que perdimos en el fuego (2016) de Mariana Enriquez. Eso y estar lejos de los centros editoriales latinoamericanos, sobre todo Argentina y México, ha causado que no sea un nombre tan conocido. Escribir desde la periferia no es fácil. Ahora es más sencillo sortear ese obstáculo y acceder a autoras y obras que de otra manera sería imposible. Aún así, su novela Chico Bizarro y las moscas (2010) ya fue publicada por Alfaguara en su momento. Lo que desató Mariana Enriquez, entre otras, fue la traducción a otros idiomas, sobre todo el inglés, trasladando este fenómeno editorial al centro anglófono del mundo.


Novela B, como su propio nombre indica, es un homenaje al cine de serie B. Si escribir desde Paraguay siendo mujer ya es estar fuera del canon, hacerlo desde un género como el terror es doblemente meritorio. Como pasa con el cine de terror y de serie B, en literatura forma parte de los márgenes y siempre es visto con desdén desde las élites que establecen el canon. Como decía un profesor mío de Lingüística, son señores con batín que huelen a Brummel, fuman puros y beben coñac. Algo que afortunadamente está cambiando, entre otras cosas, gracias a autoras como Bustos.

En Novela B hay una secta vampírica, OVNIS, conspiraciones y chupacabras. Con una narración fragmentaria, Bustos empieza a tejer su novela con capítulos dedicados a distintos personajes y hechos que luego va conectando poco a poco. Como en una tela de araña, la narración de Bustos te va atrapando y la historia comienza a cobrar sentido al conectar todos los puntos. Porque al principio estamos completamente perdidos como en una película de Fulci donde parece que nada tiene sentido. Y tampoco tiene que tenerlo, como en tantas películas de serie B. Lo importante, como ya nos enseñaron los griegos y nos recordaba Kavafis, es el viaje. Y el viaje que nos propone Mónica Bustos en su Novela B merece mucho la pena.


Otro rasgo a destacar de la novela es su carácter latinoamericano. Sus personajes están repartidos por todo el continente conformando una geografía pulp pocas veces vista antes en la literatura latinoamericana. Una novela coral llena de amor por los freaks, que son los monstruos que creamos y que verdaderamente pueblan la novela. Es nuestra mirada normativa, la que establece lo que es normal y lo que no, la que sitúa en el afuera a todo lo que se sale de esa norma. Y lo mismo que en la literatura y en el cine, el afuera es lo que no merece respeto, es donde nacen los monstruos. Algo que ya nos enseñó Elizabeth Engstrom en Cuando la oscuridad nos ama y El elixir negro.


Reeditada por Obscura Editorial, Novela B merece estar en ese nuevo canon que se está escribiendo desde Latinoamérica en estos años. Y por lo que a mí respecta, ojalá alguien la lleve al cine pronto, porque hay un potencial ahí sin explorar. Sólo falta que la traduzcan al inglés para que Stephen King le dé sus bendiciones. Hay mil razones para leer autoras latinoamericanas, Mónica Bustos es una más.

Bustos, M. (2020). Novela B. Obscura Editorial.



"Ansibles, perfiladores y otras máquinas de ingenio" de Andrea Chapela: Lisa Tuttle conoce Black Mirror

Andrea Chapela (1990) es una escritora mexicana que ha cultivado distintos géneros, tales como el ensayo, la poesía, la novela o el relato. Primero Química de formación, también estudió un máster en escritura creativa en español en la Universidad de Iowa. Actualmente cursa una maestría en Estudios de Japón. Empezó escribiendo fanfics de Harry Potter en internet, a la que siguió una tetralogía de fantasía que comenzó con 15 años. Ha ganado diferentes premios literarios y ha sido firma en distintas revistas y periódicos.  Con su Ansibles, perfiladores y otras máquinas de ingenio también ha traspasado fronteras lingüísticas al ser traducida, como otras escritoras de su generación, a otros idiomas. También, y pese a haber comenzado a escribir desde muy temprana edad,  Ansibles, perfiladores y otras máquinas de ingenio (2021) junto a Grados de  miopía (2019) la ha situado en el  mapa de este boom literario de escritoras latinoamericanas que parece no tener fin. Y que esperemos que así sea, porque si algo no cambia de unas escritoras a otras  es la calidad de sus obras.


 

Ansibles, perfiladores y otras máquinas de ingenio es un  libro de relatos de ciencia ficción. Una ciencia ficción que tiene en la  mayoría de relatos su centro en una Ciudad México futurista y en el que protagonistas femeninas se  enfrentan a los efectos de un aparato y/o nueva tecnología en sus relaciones afectivas. Tiene un algo de Black Mirror pero sin la tecnofobia latente en esa serie. Una de las tesis de Chapela es que la tecnología es neutra, lo que no es neutro es el uso que hacemos de ella. También es central la crítica que realiza al capitalismo y a su idea de progreso como religión: no todo avance tecnológico nos hace  más  libres si el sistema en el que vivimos es el que es. Igual que no habrá más igualdad entre hombres y  mujeres si no cambiamos la  estructura material que permite la reproducción del machismo.


Andrea Chapela empuja un poquito ciertas tecnologías ya existentes, ciertos elementos de nuestro presente, para conseguir ese extrañamiento en sus relatos. En uno de sus relatos las redes sociales no comparten vídeos y fotos, sino momentos y sentimientos. Literal. Puedes experimentar la vida de otras personas. Por mucho que la tecnología avance no soluciona todos nuestros problemas y además crea otros nuevos. Chapela centra su crítica en cómo estos avances afectan a las relaciones de las  protagonistas: el novio que quiere compartir  hasta los pensamientos de su pareja, un amor más allá  de la  muerte, la  soledad y  la incomunicación de los viajes espaciales, la relación entre ama y criada...


Se ha hablado de Ray Bradbury para definir el estilo de Chapela en este libro y no podría estar más en desacuerdo. Algo hay de Ursula K. Leguin, algo de su  humanismo con una mirada de científico. Y hay un mucho de Lisa Tuttle. Una Tuttle que empezó su carrera escribiendo  ciencia ficción y en la que siempre hay  un elemento de terror que hace que nuestro vello se erice. En Chapela hay ese extrañamiento de la realidad propio de un género como la ciencia ficción, pero sus relatos también contienen píldoras de terror, un terror cotidiano como el de Tuttle. O ya puestos, la desolación de los clones en Nunca me abandones de Ishiguro.


No sé por dónde saldrá Andrea Chapela y cómo decidirá continuar su obra. A lo mejor después de finalizar sus Estudios de Japón le da por escribir una novela sobre la yakuza; o de Doraimon. Por mí que haga  lo que quiera, que yo la leeré. Como a Fernanda Trías, Liliana Colanzi, Mónica Bustos o Mariana Ojeda.

Chapela, Andrea (2021). Ansibles, perfiladores y otras máquinas de ingenio. Almadía.