'Dantescas: Cuentos de mujeres que descendieron a los infiernos': conversación entre vivas y muertas
A finales de la década pasada y a comienzo de esta han visto la luz la publicación de muchas antologías y estudios recuperando autoras, que bien por descuido o por negligencia, habían sido relegadas de la historia de la literatura. Esta labor ha ido acompañada de la reedición de muchas obras como La Eva fantástica, pequeños oasis en el desierto en décadas pasadas, y también de obras nuevas como esta Dantescas: Cuentos de mujeres que descendieron a los infiernos. Es de agradecer que dejen la puerta abierta a una continuación, teniendo en cuenta que este impulso por recuperar a autoras borradas del canon literario ha ido perdiendo impulso.
Aunque se han publicado antologías del estilo y estudios académicos, al menos respecto a la publicación de esas antologías siempre suele tratarse de autoras anglosajonas. Por eso esta Dantescas es tan importante. La recopilación, a cargo de María Fernanda Ampuero, incluye doce relatos, y a excepción de Charlotte Perkins Gilman, todas pertenecen al ámbito ibérico y latinoamericano. Desde clásicas como Pardo Bazán, Dávila y Ocampo, Dantescas también se preocupa de incluir relatos de autoras contemporáneas como Colanzi, Enríquez y Ojeda. Y dos brasileñas, Clarice Linspector y Verena Cavalcante, ampliando un poco más ese ámbito latinoamericano. Por pedir, hubiese sido interesante incluir alguna autora portuguesa.
La edición de Fera incluye el prólogo y las notas de María Fernanda Ampuero y las ilustraciones de Jules Mamone. Recuerda a lo que lleva haciendo varios años Valancourt con su serie de Monster She Wrote, editando autoras y antologías ilustradas muy cuidadas. Dantescas, además de ilustraciones, incluye un prólogo, notas y comentario final de cada relato. Tanto las notas como los comentarios no aportan gran cosa a la lectura, más allá de cierto contexto. Entre un sesudo comentario de texto académico y estas notas a vuela pluma habría sido más interesante incluir algo más de información biográfica y de la obra de las autoras. Si además las notas incluidas en los relatos no son notas a pie de página sino subrayados, notas al margen y demás elementos que distraen de la lectura, es difícil poder ignorarlas y centrarse en la lectura del texto.
Entre las cosas buenas de Dantescas está el amplio abanico de autoras que incluye. No es un catálogo o compendio, solo una antología de relatos. Y aún así consigue ofrecer un amplio panorama general. Ahí es donde chirría la inclusión de Charlote Perkins Gilman, pudiendo aprovechar ese espacio en otra autora de lengua latina. En un futuro, si Fera le da continuidad a este tipo de antologías, me gustaría leer una centrada en las pioneras, que construya un hilo hasta nuestro presente. Juana Manuela Gorriri no es una autora conocida en España, no sé si en Argentina, pero ha sido un gran descubrimiento. Y lo mismo que estaría bien una antología que recuperase a autoras como Gorriri, también sería igualmente interesante otra antología que pusiese en el foco a autoras no tan reconocidas como Verena Cavalcante. Más allá de los grandes nombres, como Mariana Enriquez, existen más autoras igual de intreresantes. La industria editorial en España, México y Argentina es muy potente y es fácil acceder a muchas autoras gracias a esa labor editorial, pero las que no están cerca de alguno de esos focos son invisibles.
Si hay algo que me guste más que leer a señoras victorianas, es leer a señoras latinoamericanas. Ojalá veamos publicadas más antologías y más autoras como estas en lengua castellana.
13 de agosto de 2025, 18:54
Creo que esta es otra de las presentaciones que me perdí en las Celsius en aquel mar de colas y capas de flecos XD.
Cuando leí el relato de Charlotte Perkins, me parecío uno de los mejores de la antología. Ahora, empieza a ser como encontrarse El vampiro de Polidori en uno de no muertos o el Caso de Valdemar en una antología de zombies: no falla. A ver, que las autoras han tenido un historial muy amplio de aguantar imposiciones sociales, no vamos a quedarnos solo con el empapelado amarillo...
Y me apunto a pedir más señoras latinoamericanas. Enriquez es mucha Enriquez pero nos estamos perdiendo a gente muy creativa.
¿Y Portugal? Es verdad, lo tenemos al lado pero salvo parafrasear de cuando en cuanto a Siniestro Total, poco conocemos.