'Nazareth Hill' de Ramsey Campbell: la casa araña
Ramsey Campbell es un escritor británico de terror que empezó su carrera literaria en los años sesenta publicando en la mítica Arkham House. Pese a que su trayectoria ocupa varias décadas, el grueso de su obra y por lo que es reconocido se concentra en los años ochenta. Ha sido frecuente ver los libros de Campbell traducidos al castellano, primero por Martínez Roca y luego por La Factoría de Ideas. No tan conocido como Clive Barker, su nombre ha sido una constante en las estanterías de terror junto a otros apellidos ilustres del género como John Farris, T. E. D. Klein, Peter Straub, Dean R. Koontz, Brian Lumley, Richard Laymon, Charles L. Grant, Jack Ketchum y Stephen King.
Campbell empezó su carrera literaria escribiendo pastiches lovecraftianos. Unos relatos bastante logrados al mezclar esa imaginería de Lovecraft con los escenarios y el folclore de la Inglaterra rural, casi siempre del norte. Que los habitantes del norte de Inglaterra son mitad humanos, mitad profundos, no tiene discusión. Y pese a la larga carrera de Campbell, sobre todo escribiendo novelas, sigue siendo recordado por estos relatos. Es verdad que se han adaptado algunas de sus historias a la gran pantalla, pero ninguna con la fuerza suficiente como para convertir alguna de sus novelas en un gran fenómeno. Porque es lo que le falta a este autor, esa gran obra. Nazareth Hill no es la excepción.
Nazareth Hill es una historia de casas encantadas cuya protagonista es Amy, una joven adolescente de casi dieciséis años que se muda junto a su padre viudo a un apartamento en el edificio de Nazarill. Cuando tenía ocho años, Amy tuvo una experiencia traumática en Nazarill, entonces un edificio abandonado, donde creyó ver una criatura monstruosa antes de ser rescatada por sus padres. Su padre también tiene miedo de la casa, pero lo oculta y trata de enfrentarse a él utilizando a Amy. Sea como sea, años después los dos olvidarán ese incidente y entrarán a vivir en un apartamento del renovado edificio. Pronto se suceden los incidentes en el edificio y Amy comienza una investigación sobre el pasado del edificio y del lugar, que antes fueron oficinas, hospital psiquiátrico, monasterio y colina donde las brujas celebraban sus aquelarres.
Es fácil identificar una de las grandes influencias de esta novela, que no es otra que El resplandor de King. La casa como ente viviente, como lugar maldito que posee y/o influye en las personas. Y no sólo eso, el estilo de King también está presente en ese retrato que hace Campbell de una pequeña ciudad del norte de Inglaterra, sofocante, asfixiante para Amy, que busca la libertad. Y el fanatismo religioso, representado por un padre beato y meapilas que quiere expulsar al demonio de su hija. En este querer ser como King se concentran los grandes fallos de la novela. La historia se vuelve redundante, dando muchas vueltas sobre sí misma, con unos personajes, especialmente el padre de Amy, Oswald, que sufren unas transformaciones de comportamiento inexplicables, y con un juego entre locura y realidad que nunca termina de funcionar. Como tampoco termina de funcionar la conexión entre la historia narrada y el pasado del lugar.
Nazarith Hill es una novela a ratos entretenida, a ratos un pelín soporífera, que narra la historia de una adolescente, Amy, que quiere volar libre pero que ve como todos quieren cortar sus alas. Su padre, el acoso de uno de sus pretendientes, sus compañeras de clase, las maestras, incluso su novio Rob. Amy se ve atrapada en un lugar maldito, sin su madre, sin amigos y sin nadie que la pueda rescatar. Dramón mezclado con terror de casas encantadas que no termina de funcionar del todo. Y mira que la historia apunta maneras, con un dueño de una inmobiliaria vendiendo apartamentos a sabiendas de la historia del lugar, como en Poltergeist, una adolescente rebelde y un pasado que incluye hospital psiquiátrico y brujas, pero no carbura.
R. Campbell (2001). Nazareth Hill. La Factoría de Ideas.
8 de septiembre de 2022, 8:55
Lo leí hace unos años y me pasó lo mismo: no me termina de quedar claro qué demonios quiere contar. Entre la adolescente que se va volviendo más rebelde, muy marcada por lo que recuerda de esa Casa de la araña, y ese padre que abraza el fanatismo religioso un poco de la noche a la mañana...hay casas con historia siniestra en la literatura que son mucho más coherentes que la que se le ocurrió a Campbell en este caso.
En cambio, del libro sí que me pareció interesante el entorno que describe: antes había leído El parásito y Los sin nombre, donde sin describirlo en exceso, sí que se percibía esa Inglaterra de Tatcher muy sucia y desoladora, donde hasta los fantasmas, más que ser un eco del pasado, son un reflejo de esos lugares y del estado de ánimo en general. En Nazareth Hill, el escenario es esa New England de desarrollo urbanístico y donde la impresión es que "todo va a mejor", aunque ello implique enterrar el pasado y parezca haber una prisa excesiva por enterrar todo lo viejo...bien por las necesidades urbanísticas (recuerdo que casi todo el libro eran centros comerciales y urbanizaciones de obra nueva XD) o por deshacerse de eso que los asusta.
8 de septiembre de 2022, 19:36
Lo de que el padre se da un golpe en la cabeza y se vuelve ultrarreligioso de repente no lo acabé de entender. Tiene una hija adolescente que va y viene de casa cuando quiere y hace lo que quiere pero un día decide que eso está mal. También en varios momentos se alude a su miedo a la casa pero nunca sabemos por qué, qué le pasó o cual es esa conexión con la casa. Y luego la casa en sí, tampoco sabemos qué quiere xD. Todo parece resumirse en que es un sitio en el que pasan movidas.
Como dices, la descripción del entorno es lo mejor de la novela. Viviendo donde vivo me puedo imaginar muy bien a gente como Amy viniendo a Manchester de compras a reventar la tarjeta de crédito xD. Yo no sé cómo sería antes, pero ahora este país es una sucesión de casas unifamiliares y centros comerciales sin fin. Y lleno de borrachos. Y me reía yo de las rotondas y los horrores urbanísticos en España xD.
No le termino de pillar el punto a Campbell. tendré que probar con una novela más corta, a ver si se centra un poco más.