La amenaza de Andrómeda es un tecno-thriller de ciencia ficción dirigido por Robert Wise. Un director en activo durante casi seis décadas que lo mismo te dirigía Sonrisas y lágrimas y West Side Story como La Mansión encantada de Shirley Jackson o una serie B en toda regla como Ultimátum a la Tierra. Además de dirigir una de las mejores películas de Paul Newman, Marcado por el odio, cuyo título en castellano le da mil vueltas al Somebody Up There Likes Me original.

La película está basada en la novela del mismo título de Michael Crichton. De hecho, es la primera adaptación a la gran pantalla de su obra. Aunque habría que esperar a Spielberg y los noventa para que aumentara su popularidad. La amenaza de Andrómeda cultiva ese género tan querido por Crichton, el tecno-thriller. Otra de sus adaptaciones setenteras que ha tenido mejor fortuna en formato serie en los últimos años es Westworld. La propia La amenaza de Andrómeda conoció nueva vida en los dos mil con una miniserie producida por Ridley Scott, aunque con mucho menos éxito que Westworld. La miniserie incluía giro loco final con paradoja temporal y viajes en el tiempo. Mini punto para serie.

La amenaza de Andrómeda narra la historia de cómo un equipo científico combate un virus extraterrestre. En un pequeño pueblo de Nuevo México se estrella un satélite, pero este, en su reentrada a la Tierra, contiene un regalo inesperado: un virus que acaba con toda la población del pueblo, excepto un viejo borracho y un bebé. Un equipo científico será el encargado de investigar y acabar con esta amenaza en un moderno laboratorio lleno de cámaras, botones, luces de colores y ordenadores. La historia, que transcurre en cuatro días, es una lucha contrarreloj para evitar que el virus se expanda y acabe con toda la población. Para añadir una pizca más de emoción, el laboratorio tiene un sistema de autodestrucción en caso de contaminación que detona una bomba nuclear. La única manera de pararlo es desactivándolo manualmente, para lo cual uno de los científicos tiene una llave que ha de usar para desarmar el mecanismo.

El futuro ya está aquí

La película, que se va a las dos horas y pico, tiene un ritmo vertiginoso. Además de una dirección y realización muy de la época. Se incluyen infografías, pantallas divididas ofreciendo distintos puntos de vista y un carrusel de nuevas tecnologías. De hecho, una buena parte del metraje se dedica a mostrarnos este laboratorio de tecnología punta. Cuenta con cinco niveles, y con la excusa de que tienen que pasar por descontaminación cada vez que acceden a un nivel, acompañamos al equipo científico en su tour por el laboratorio. Un laboratorio cuyo diseño veríamos en replicado en la primera Resident Evil de Paul W. S. Anderson. La Colmena de Umbrella Corporation está basada en el laboratorio Wildfire de La amenaza de Andrómeda

Daft Punk en los setenta

Esta feria tecnológica a la que asistimos es uno de los tics de Crichton, y es lo que puede hacer que la película se haga un poco cuesta arriba. También es Crichton el responsable de los numerosos agujeros de guion. Una de las escenas más impactantes es la llegada del equipo científico al pueblo. Los buitres están devorando los cadáveres de sus habitantes. Sin embargo, los buitres no se contagian como sí lo hacen los animales de laboratorio. Y qué más da. Aquí lo importante es cómo se desarrolla la investigación. Por eso creo que la actitud correcta para ver la película es dejarse fascinar por la historia de Crichton y por la realización de Wise. Además, después de marzo de 2020 la película cobra otro sentido.