Anna Starobinets forma parte de esa gran tradición rusa-soviética de la ciencia ficción. También conocida en su país natal por su literatura noir infantil/juvenil, su obra aterrizó en España muy temprano, allá a mediados de los dos mil. Hasta este El vado de los zorros (2025) su incursión en el género siempre fue a través del relato. Los últimos libros publicados en castellano han sido La glándula de Ícaro (2023), colección de relatos, y Tienes que mirar (2021), texto de no ficción y autobiográfico sobre la violencia obstétrica en Rusia. Además esos dos libros eran textos que ya habían sido publicados mucho antes y para los que hubo que esperar bastantes años para verlos traducidos al castellano. Este El vado de los zorros llega sólo tres años después de su publicación original en ruso. Es de suponer que ahora que está afincada en San Cugat, será más fácil ver traducida su obra al castellano.

El vado de los zorros tiene aires de epopeya, de gran novela rusa decimonónica, pero sólo en apariencia: en un thriller inspirado en el folclore ruso, chino y japonés. Ambientada en la Manchuria soviética justo después del fin de la II Guerra Mundial, Max, el protagonista, escapará del gulag donde se encuentra para buscar a su mujer. Pero Max no es un tipo cualquiera, además de preso político, es mentalista y padece de amnesia. En este viaje de búsqueda, Max será perseguido y perseguidor, confluyendo todos, perseguidores y perseguidos, en el pueblo de Lisi Brody, el vado de los zorros. Por ahí aparecen el ejército rojo, espías, el escuadrón 516 japonés, cambiaformas, hechizeros, mentalistas, integristas ortodoxos... 

La Starobinets en Letras Corsarias (Salamanca) 

Contaba Starobinets en su presentación del libro en Salamanca que el origen de El vado de los zorros es una serie de televisión. Ella y su difunto marido recibieron el encargo de escribir el guion de una serie de televisión. Y a ello que se pusieron. Después de escribir veinte episodios, la serie acabó en un cajón. Según Starobinets es una manera de funcionar que tiene la industria de televisión y cine en su país, Rusia, que con estos encargos lo que verdaderamente hacen es lavar dinero negro. Nada que no haya ocurro antes en otros sitios, aunque al menos en Italia y en Japón el dinero de las mafias y yakuza acababan en los cines y en los videoclubs. En cualquier caso, tras el fallecimiento de su marido, Starobinets quiso rescatar algunos de los personajes de esa serie que se quedó en un cajón, y comenzó a escribir El vado de los zorros tras obtener el permiso de la productora para utilizar el material. Y menos mal.


Starobinets poniendo en práctica su castellano
En los últimos tiempos estamos bastante malacostumbrados a obras rotundas y monumentales como esta El vado de los zorros. La resaca que deja un libro como este es similar a la sufrida después de leer Nuestra parte de noche o Los escorpiones. Es de esos libros que dejan una huella profunda, de los que recuerdas cuándo y en qué circunstancia lo leíste. Como en el caso de Enriquez y su Nuestra parte de noche,  ya sabía de Starobinets por sus libros de relatos, pero no estaba preparado para esto. Sólo espero que Starobinets pueda encontrar un hogar y una estabilidad en nuestro país, no ya sólo porque se lo merece como todo ser humano, sino porque también significaría disfrutar de su obra de una primera mano que la barrera idiomática muchas veces no permite. Que acaba en el Celsius del próximo año ni cotiza.

El vado de los zorros es otra de esas obras que captan una época: el antihéroe, como el capitán Holden de The Expanse o el nuevo Superman, es un hombre empático. Frente a totalitarismos y deshumanizaciones varias, lo que queda es la empatía, la ternura. Incluso en las peores situaciones (de esto sabe un rato Andrea Chapela, otra que tal baila), siempre hay esperanza, que es lo opuesto al pesimismo. ¡Leed, maldit@s! ¡Leed!

Starobinets, Anna (2025). El vado de los zorros. Impedimenta.