'Riding the Nightmare' de Lisa Tuttle: el multiverso
Lisa Tuttle, autora estadounidense afincada en Escocia desde hace décadas, es junto a Elizabeth Engstrom y Tanith Lee, una de esas voces propias dentro del género fantástico. Tuttle es heredera de Joyce Carol Oates, Ursula K. Le Guin y Angela Carter, entre otras, que forman parte de una tradición dentro de la literatura anglosajona que se remonta hasta Mary Shelly.
La obra de Tuttle se mueve dentro de la fantasía extraña, que muchas veces va de la ciencia ficción pasando por el terror, con elementos sobrenaturales o no, pero siempre impregnada de realismo. Problemas de pareja, relaciones tóxicas, fantasías de poder o sexo, lo cotidiano en la ficción de Tuttle se vuelve algo inquietante y perturbador. A veces es un objeto anodino como un cuadro, otras una pesadilla recurrente, pero las protagonistas de los relatos siempre se ven atrapadas en un universo denso de atmósfera asfixiante que las va consumiendo.
Una de las características de la obra de Tuttle es que su narrativa funciona a distintos niveles, yendo de lo alegórico a lo descriptivo. Porque muchos de los relatos de Tuttle tienen un valor cuasi simbólico: la maternidad, el sexo, los complejos... No es de extrañar que entre las autoras actuales sea Mariana Enriquez una de sus favoritas. O que Karen Russell y Samanta Schweblin citen a Lisa Tuttle como influencia en su obra. Si existe el multiverso de Marvel también existe un multiverso de mujeres escritoras, del que Lisa Tuttle es parte importante y activa.
La labor de Valancourt Books en rescatar del olvido a Lisa Tuttle es encomiable. Por un lado reimprimiendo algunos de sus libros, algunos de los cuales han conocido traducción al castellano como Nido de Pesadillas, pero también publicando otros nuevos como The Dead Hours of the Night. O este Riding the Nightmare, que recoge doce historias publicadas entre 1986 y 2017, todas publicadas previamente en revistas y antologías varias. A pesar de los orígenes tan dispares de los relatos, el mundo interior y las obsesiones de Tuttle conectan y dan un sentido de unidad al conjunto del libro. Da igual que el relato fuera escrito hace treinta años o hace cinco, el universo de la autora siempre es reconocible. Con Lisa Tuttle siempre me pasa que hay un par o tres de sus relatos que siempre se quedan rondando por mi cabeza.
5 de octubre de 2023, 12:48
El que muchos relatos de Tuttle se quedan rondando en la cabeza, es cierto. Desde que leí La casa de los insectos en un ejemplar de Horror 5 de Martinez Roca, este se quedó a vivir de gratis en mi memoria, haciéndole compañía al desenlace de El cuento de la criada o Never Let me Go. Con una relectura años después me daría cuenta de los matices de este más allá del horror físico y sobrenatural que plantea con esa colmena de insectos...Y de paso, sirvio para que varios de Nido de pesadillas me resultaran bastante memorables. Lo que menos le perdono a la década de los ochenta es que nos hubieran escondido a escritoras como ella en antologías sueltas, y que tengamos que recuperarlas como a las señoras victorianas XD.
29 de octubre de 2023, 14:14
Lo de los clones de Never Let Me Go me dejaron muy mal cuerpo. A ver si me leo el nuevo de Ishiguro, que creo que también iba en la misma línea.
Lisa Tuttle también tiene esa capacidad de generar mal rollo en sus relatos. Valancourt ha publicado alguna de sus novelas. De momento de Valancourt han caído un par de Michael McDowell que me han gustado un montón. Si tengo tiempo las traeré por el blog.
Yo sigo esperando alguna antología en condiciones de Tanith Lee en castellano. Creo que tampoco hay nada en inglés, aunque últimamente se están publicando muchas cosas suyas, pero en pequeñas editoriales y enfocadas a trabajos menores.
Habrá que sacar una campaña de "apadrine a una señora victoriana" xD