Huellas de pisadas en la luna (1975) es un thriller italiano dirigido por Luigi Bazzoni, aunque en algunos sitios aparece Mario Fenelli como codirector no acreditado. El guion, basado en un cuento de Fenelli, está escrito a cuatro manos por Bazzoni y Fenelli, que aquí sí aparece acreditado. Bazzoni y Fenelli no sólo colaboraron en esta película, sino que estudiaron y vivieron juntos. Un error muy extendido por internet es confundir a Mario Fanelli, director italiano-croata, con Mario Fenelli, escritor y director argentino afincado en Italia. En The Mario Fenelli Affair Martín Villagarcía repasa la vida de Fenelli, gran amigo de Manuel Puig, el escritor argentino. Esta conexión argentina es muy importante para entender la película.


La película está protagonizada por Florinda Bolkan, que está enorme y lo borda. Bolkan interpreta a Alice Campos, una traductora portuguesa que vive en Italia y que un día se despierta después de soñar que un astronauta es abandonado por sus compañeros en la Luna. Campos, que trabaja como traductora en unas jornadas de astronomía, descubre que ha faltado los tres días anteriores al trabajo y que no recuerda absolutamente nada de lo que ha hecho ni de dónde ha estado. Las únicas pistas que tiene son una postal rota de un hotel de la ciudad de Garma, un vestido amarillo con manchas de sangre que no reconoce como suyo y un pendiente perdido. En Garma, pequeña ciudad costera dedicada al turismo, el sueño de Alice se vuelve una pesadilla recurrente, que identifica con una película de ciencia ficción vista tiempo atrás, además de que comienza otra obsesión: la búsqueda de un hombre de nombre Harry. Gracias a Paola, una niña que se hospeda en el hotel junto a sus padres, Alice descubre que se alojó allí bajo otro nombre y con una apariencia totalmente distinta. También descubre que estaba buscando una casa blanca en medio del bosque y a un hombre: Harry.


Aunque le han querido colgar la etiqueta de giallo, sobre todo si vemos el cartel de la película en inglés, Huellas de pisadas en la luna no tiene nada que ver. Por eso hablaba al principio de la importancia de Fenelli como guionista además de como autor de la idea original basada en un cuento suyo: Huellas de pisadas en la luna está emparentada con el fantástico de Río de la Plata. Algunas críticas han sabido ver esto desconociendo el papel de Fenelli y sus orígenes argentinos, comparando la historia con la obra de Borges y Bioy Casares. Hay una cualidad casi etérea en Huellas de pisadas en la luna, una belleza casi hipnótica, lánguida y cargada de melancolía que encaja perfectamente en ese fantástico rioplatense. No es difícil ver en Alice al Fugitivo, el personaje sin nombre de La invención de Morel.


No podemos olvidar otra de las patas en la que se sustenta esta película: la fotografía. La realización de Bazzoni, el guion de Fenelli y la interpretación de Bolkan se ven complementados por la fotografía de Vittorio Storano. Storano es uno de los grandes directores de fotografía, habiendo participado en Apocalypse Now (1979), El último emperador (1978), Dick Tracy (1990) y El pájaro de las plumas de cristal (1970) entre otras, además de tener en común con Bazzoni y Fenelli el haber estudiado en el Centro Sperimentale di Cinematografia. Las escenas oníricas utilizan un filtro azul grisáceo, el mismo filtro que pasará a usarse en otros momentos de la película para resaltar la pérdida de cordura de Alice. Las escenas de la luna están rodadas en blanco y negro con unos tonos tirando a sepia, un poco reproduciendo el cine soviético de ciencia ficción. También hay casi unos fundidos a blanco que Bazzoni emplea como transición entre algunas escenas. La película, que comienza con la escena del astronauta en la luna en un azul completamente saturado, poco a poco se va aclarando a medida que Alice, la protagonista, va desmadejando el misterio, para volver a esos azules en el final.


Huellas de pisadas en la luna es una película relativamente desconocida que une Argentina con Italia, que en ese momento tenía un ecosistema perfecto, una industria cinematográfica potente, para crear obras como esta. Sabemos de la invención de Morel, pero no de sus sueños. Ojalá se rescate la obra literaria de Mario Fenelli, tan cercana a esos sueños de Morel. Y no, para mí Huellas de pisadas en la luna no es un giallo, pero qué más da.