Llevaba varios años queriendo asistir al Celsius 232 y al fin este 2025 lo he conseguido. Para el que no lo conozca, Celsius 232 es un festival literario de terror, fantasía y ciencia ficción que se celebra en Avilés desde hace más de una década. Al menos así es como se define. Un montón de actividades que incluyen charlas, presentaciones de libros... incluso música y cine, con esas pelis que proyectaban por la noche para el que las quisiera disfrutar. Todo en un ambiente más que agradable. Gente de todo tipo y condición hablando de sus movidas y haciendo sus cosas en un entorno de respeto. Porque si algo me ha sorprendido, a mí que no me gustan demasiado las multitudes, es eso: el respeto. A lo mejor si el festival se convierte en algo mastodóntico las dinámicas de grupos cambian y el respeto se pierde, pero la sensación es que el aficionado que acude al festival es alguien apasionado por los libros y la literatura y muy respetuoso con los demás. Así que muy contento.


Los quiero todos


La edición de este año parece que ha sido la de las colas, porque lo ha reventado. Lo de Brandon Sanderson ha sido como el circo, con su carpa y la gente expectante haciendo cola. Aunque sería reduccionista decir que el festival sólo ha sido un autor, sí tengo la sensación de que ha pillado un poco a la organización por sorpresa y ha puesto la ciudad patas arriba. Y no ha sido el único, pero sí lo más vistoso: un montón de cosplayers basados en el universo de Sanderson (que alguien me explique lo de las capas esas con flecos) lo atestiguan. Ha sido interesante contemplar el fenómeno fan desde la barrera. Me levantaba a desayunar en el hotel y la mesa de al lado estaba hablando de Sanderson. Para mí, que no he leído ningún libro suyo ni tengo intención, es curioso. Y las colas. Porque yo no soy fan de Sanderson, pero J sí lo es, y alguna cola hemos hecho.


Pero el fanatismo va por barrios. Yo a Mónica Ojeda le ponía una farmacia en Gran Vía. ¡Qué bien escribe esta mujer! Y aunque sólo compré dos libros, pues todavía tengo seis cajas en casa de mis padres buscando estanterías que los adopten, fue una pasada poder estar allí con los librer@s y l@s editores. Pasar por Satori, por La biblioteca de Carfax... Cómo me gustan sus catálogos. Y también poder estar allí con los autor@s. Y no sólo hablo de firmas y presentaciones, hablo de estar paseando por Avilés al lado de Kim Newman. La próxima vez intentaré vencer a la timidez y decirle que me gustan mucho sus libros; o hacerle un El resplandor y amarrarlo a una cama para que escriba lo que yo quiero. Lo que primero salga. Kim Newman, estás avisado.

Espero acudir el próximo año, organizando las cosas un poco mejor e intentando disfrutar un poco más del del buen ambiente que se respira en el festival. E interaccionar un poco más con la gente, que no te comen. Así que empieza la cuenta atrás para volver. Prometo llevar capa.