Mónica Bustos (1984) es una escritora paraguaya que ha cultivado los géneros del terror y la fantasía. Novela B, publicada en 2013 y reeditada hace unos años, se adelantó unos años al boom iniciado con Las cosas que perdimos en el fuego (2016) de Mariana Enriquez. Eso y estar lejos de los centros editoriales latinoamericanos, sobre todo Argentina y México, ha causado que no sea un nombre tan conocido. Escribir desde la periferia no es fácil. Ahora es más sencillo sortear ese obstáculo y acceder a autoras y obras que de otra manera sería imposible. Aún así, su novela Chico Bizarro y las moscas (2010) ya fue publicada por Alfaguara en su momento. Lo que desató Mariana Enriquez, entre otras, fue la traducción a otros idiomas, sobre todo el inglés, trasladando este fenómeno editorial al centro anglófono del mundo.


Novela B, como su propio nombre indica, es un homenaje al cine de serie B. Si escribir desde Paraguay siendo mujer ya es estar fuera del canon, hacerlo desde un género como el terror es doblemente meritorio. Como pasa con el cine de terror y de serie B, en literatura forma parte de los márgenes y siempre es visto con desdén desde las élites que establecen el canon. Como decía un profesor mío de Lingüística, son señores con batín que huelen a Brummel, fuman puros y beben coñac. Algo que afortunadamente está cambiando, entre otras cosas, gracias a autoras como Bustos.

En Novela B hay una secta vampírica, OVNIS, conspiraciones y chupacabras. Con una narración fragmentaria, Bustos empieza a tejer su novela con capítulos dedicados a distintos personajes y hechos que luego va conectando poco a poco. Como en una tela de araña, la narración de Bustos te va atrapando y la historia comienza a cobrar sentido al conectar todos los puntos. Porque al principio estamos completamente perdidos como en una película de Fulci donde parece que nada tiene sentido. Y tampoco tiene que tenerlo, como en tantas películas de serie B. Lo importante, como ya nos enseñaron los griegos y nos recordaba Kavafis, es el viaje. Y el viaje que nos propone Mónica Bustos en su Novela B merece mucho la pena.


Otro rasgo a destacar de la novela es su carácter latinoamericano. Sus personajes están repartidos por todo el continente conformando una geografía pulp pocas veces vista antes en la literatura latinoamericana. Una novela coral llena de amor por los freaks, que son los monstruos que creamos y que verdaderamente pueblan la novela. Es nuestra mirada normativa, la que establece lo que es normal y lo que no, la que sitúa en el afuera a todo lo que se sale de esa norma. Y lo mismo que en la literatura y en el cine, el afuera es lo que no merece respeto, es donde nacen los monstruos. Algo que ya nos enseñó Elizabeth Engstrom en Cuando la oscuridad nos ama y El elixir negro.


Reeditada por Obscura Editorial, Novela B merece estar en ese nuevo canon que se está escribiendo desde Latinoamérica en estos años. Y por lo que a mí respecta, ojalá alguien la lleve al cine pronto, porque hay un potencial ahí sin explorar. Sólo falta que la traduzcan al inglés para que Stephen King le dé sus bendiciones. Hay mil razones para leer autoras latinoamericanas, Mónica Bustos es una más.

Bustos, M. (2020). Novela B. Obscura Editorial.