Los atentados del 11 de septiembre de 2001 supusieron el despertar violento del sueño neoliberal del "fin de la historia". La crisis económica de 2008 dio la puntada final a este sueño trayendo aparejada un auge del género distópico y postapocalíptico en la ficción, especialmente en el cine. In Time (2011), Los juegos del hambre (2012) o Elysium (2013) son buenos ejemplos de esto. La década de los veinte sólo parece constatar la descomposición acelerada de un modelo y un sistema cuya primera quiebra ya se dio en los ya lejanos setenta del pasado siglo. La democracia liberal, una frágil y reciente flor en términos históricos, languidece sin nadie que la riegue. La ficción narrativa nos da una pista de por dónde soplan los aires de la nueva época.
Arcadian (2024) es una película estadounidense de capital irlandés y canadiense, dirigida por Benjamin Brewer, un tipo que viene de trabajar en videoclips y efectos especiales. El reclamo de la película es Nicholas Cage, que interpreta el papel de padre de los dos hermanos protagonistas. El fin del mundo ha llegado, no sabemos qué ha pasado, pero sí los resultados: una tierra contaminada con monstruos sensibles a la luz que te atacan en la oscuridad de la noche. La humanidad se ha visto reducida a pequeñas comunidades de granjeros que viven aisladas unas de otras. Los dos hermanos adolescentes deben sobrevivir a un nuevo ataque de estos monstruos.
La película mezcla drama, acción, romance y algunas dosis de terror, con un Nicholas Cage más contenido de lo habitual, cosa que siempre se agradece. Arcadian es entretenida y da lo que promete, ni más ni menos. Su respuesta al apocalipsis es una vuelta a la ciudad sobre la colina del puritanismo, con la familia y la propiedad como piedras angulares de esta nueva sociedad.
¿Qué les pasa a los franceses con los bloques de viviendas marginales del extrarradio? Hace unos años se publicó un estudio que relacionaba el nuevo extremismo francés de los dos mil con el auge de la extrema derecha. No tanto como consecuencia, sino como reflejo de lo que estaba pasando en ese momento en la sociedad gala.
Vermin: La plaga (2023) es la mejor película de terror sobre arañas que existe. El protagonista es Kaleb, un joven marginal que vive en el viejo apartamento de su madre en un decadente complejo de viviendas que ha conocido mejores tiempos. Cuando uno de los residentes muere por el ataque de unas arañas, el edificio entero es puesto en cuarentena por la policía. Claustrofóbica, por momentos recuerda a la Rec de Balagueró y Plaza. Enclaustrados, poco menos que abandonados a su suerte, con el Estado en su contra y el desinterés del resto de la sociedad por lo que sucede en ese viejo edificio, la salvación de Kaleb pasa por la solidaridad vecinal, la amistad y un fuerte sentimiento de clase. ¿Quién nos salvará de nosotros mismos?
Humane (2024) es la primera película de la canadiense Caitlin Cronenberg. El final ya está aquí, el desastre ecológico ya no se puede evitar. La única solución para evitar el colapso civilizatorio y la extinción de la raza humana pasa por reducir la población mundial un 20% en un tiempo récord. El gobierno lanza un plan de alistamiento: si decides acabar con tu vida, tus familiares recibirán una serie de pagos económicos y ayudas fiscales. Como siempre, los pobres son los que acaban muriendo para beneficio de los ricos.
Un viejo periodista ya retirado decide invitar a sus hijos a una cena en la que comunicarles su decisión de alistarse en este programa del gobierno junto a su esposa. Pero lo que debería ser un procedimiento sencillo se complica cuando su esposa decide que no está preparada y huye de la casa. ¿Qué puede pasar cuando dejas a una empresa privada que gestione todo esto? Pues que tienen grandes incentivos en que la gente muera cuando, precisamente, cobran por cada muerte. ¿Alguien ha dicho que la vivienda es un bien de mercado?
Humane es una película a ratos divertida, con mucha acción y con el fin del mundo y la familia como telón de fondo. Un poco como Silent Night (2021) pero sin querer cortarte las venas al final.
New Life (2023) comienza con la escena de una joven, Jessica, perseguida por unos misteriosos asesinos. Su historia se entrelaza con la de Elsa, una enferma de esclerosis múltiple en los primeros estadios de la enfermedad, encargada de encontrarla. Lo que podría ser un thriller más se acaba convirtiendo en otra cosa a medida que avanzan los minutos. Jessica es portadora de una misteriosa enfermedad que convierte a los infectados en llagas vivientes bastante agresivas y quien está detrás de ella es un conglomerado tecnológico dueño de una farmacéutica responsable del virus. Ahí es nada.
New Life es como mezclar una conspiración noventera de Expediente X con Contagio (2011) y 28 días después (2002) utilizando el formato de historias cruzadas. Igual lo que le sucede a la película, que nunca termina de despegar, es que se queda a medio camino de todo. A su favor juegan los poco más de 80 minutos de duración. Buen punto de partida para una serie tipo Perdidos.
Cada vez las cosas se están poniendo más feas. En el cine actual hay quien encuentra respuestas en una vuelta al pasado, otros denuncian el abandono del Estado y apelan a una frágil solidaridad de clase; también hay quien aprovecha la ocasión para imaginar con mucha mala leche un futuro colapso ecológico gestionado por el neoliberalismo o quien, por el contrario, se deja llevar de más por las teorías de la conspiración aunque con gusto actual: el miedo a las grandes corporaciones del ciberpunk y a sus dueños se ha transformado en un miedo real a monstruosos fondos de inversión y conglomerados tecnológicos sin rostro. ¿Quién escribirá nuestra historia, un Karel Capek por inventar o Elon Mask?
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Lo primero que pensé cuando hace una semana vi la noticia de un monete que se había curado utilizando plantas medicinales, fue "hala, ya podemos dejar de hacer el tonto y extinguirnos de una vez, que hay relevo y estos no lo van a hacer peor que nosotros.." XD.
Es cierto que en los setenta el cine reflejaba la decadencia del sistema anterior, de los valores en los que se mantenía, y en la corriente de pensamiento que había estado más o menos presente desde la segunda guerra mundial, pero el siglo XXI parece resumirse en un despertar detrás de otro: el fin del sueño neoliberal en 2001, del crecimiento económico, del bienestar social y la aparente seguridad que nos había proporcionado el avance en la medicina...¡A ver si paramos un poquito ya de eventos históricos! En el cine se ha notado y se han estrenado algunas de las películas más desoladoras que recuerdo. Await further Instructions, Silent Night...el punto de partida de Humane es tan revelador como inquietante. Y ya hace unos meses había oido hablar de Vermine (pero por muy pocos días, con esos estallidos de interés que desaparecen rápido, que caracterizan a las redes sociales). La tengo pendiente aunque pensaba que iba más por el tema de los insectos que por ese reflejo de las ciudades que en Francia están retratando muy bien, y ya de hace tiempo: en La horde de 2009, la invasión de zombies infectados atacaba uno de esos gigantescos edificios sociales de la banlieue, aterrador en el medio de la nada, y casi derruido. Un escenario que evocaba más pavor que esos zombies estilo 28 días después. No dejo de pensar que el revuelo actual con Paris 2024, y el remozado que le están dando a la ciudad, no es más que una capa de maquillaje a una urbe que parece estar a punto de hundirse. Y si hace falta salir a buscar al Karel Capek de nuestros años veinte, se sale y punto. Mejor eso que un futuro en manos de oligarcas aficionados a los cohetes, presuntos visionarios que nos hacen pagar su crisis de divorciado y a Taylor Swift yendose con el jet privado hasta por el pan XD.
Al final la historia es circular y es un eterno retorno al planeta de los simios xD. Libro que tengo pendiente, por cierto.
Yo también soy de los que está abrumado con tanto suceso histórico, que si pandemia por aquí, guerra por allá, inflación... a ver si podemos estar tranquilos unos años, que es un no parar.
Lo de la pandemia ha dejado a mucha gente turulata. En un mundo que se cae a pedazos y sin certezas de ningún tipo hay peña que se agarra a cualquier cosa, sea el terraplanismo o la aromaterapia. El cine refleja muy bien todo esto y ahora que empezamos a coger un poco de distancia con la gran disrupción que fue la pandemia, se puede apreciar más. Ya hay elementos comunes, como el desastre ecológico, que pasó de ser un mcguffin que usaba Michael Bay a un elemento central de muchas ficciones cinematográficas. Tampoco se vislumbran soluciones colectivas, casi siempre individuales, y el Estado o forma parte del problema o ha dejado de existir. En esas estamos.
Lo de Francia es como la antesala de lo que está por venir. Desde la Revolución no fallan una los cabrones xD. Entre el distópico Madrid y el edulcorado París no sabría qué elegir.
No hay demasiadas ficciones europeas que aborden estos problemas. Salvo francesas, claro. Me vienen a la memoria las de 'Acid' y 'Animalia' del año pasado. También su industria cinematográfica es la más potente. Habrá que ver si somos capaces de imaginar algo diferente.
Lo peor de los multimillonarios con cohetes es su legión de turras. Qué pesaos. Invierte en criptomonedas pero déjame en paz xD.
Sólo espero del próximo/a Capek que le ponga un poco de humor, que de drama voy servido.
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Lector omnívoro. Como buen cronopio, estoy un poco más cerca del más allá que del más acá, entre la biblioteca de Babel y la casa de Asterión. Bibliópata.
7 de mayo de 2024, 10:26
Lo primero que pensé cuando hace una semana vi la noticia de un monete que se había curado utilizando plantas medicinales, fue "hala, ya podemos dejar de hacer el tonto y extinguirnos de una vez, que hay relevo y estos no lo van a hacer peor que nosotros.." XD.
Es cierto que en los setenta el cine reflejaba la decadencia del sistema anterior, de los valores en los que se mantenía, y en la corriente de pensamiento que había estado más o menos presente desde la segunda guerra mundial, pero el siglo XXI parece resumirse en un despertar detrás de otro: el fin del sueño neoliberal en 2001, del crecimiento económico, del bienestar social y la aparente seguridad que nos había proporcionado el avance en la medicina...¡A ver si paramos un poquito ya de eventos históricos!
En el cine se ha notado y se han estrenado algunas de las películas más desoladoras que recuerdo. Await further Instructions, Silent Night...el punto de partida de Humane es tan revelador como inquietante. Y ya hace unos meses había oido hablar de Vermine (pero por muy pocos días, con esos estallidos de interés que desaparecen rápido, que caracterizan a las redes sociales). La tengo pendiente aunque pensaba que iba más por el tema de los insectos que por ese reflejo de las ciudades que en Francia están retratando muy bien, y ya de hace tiempo: en La horde de 2009, la invasión de zombies infectados atacaba uno de esos gigantescos edificios sociales de la banlieue, aterrador en el medio de la nada, y casi derruido. Un escenario que evocaba más pavor que esos zombies estilo 28 días después. No dejo de pensar que el revuelo actual con Paris 2024, y el remozado que le están dando a la ciudad, no es más que una capa de maquillaje a una urbe que parece estar a punto de hundirse.
Y si hace falta salir a buscar al Karel Capek de nuestros años veinte, se sale y punto. Mejor eso que un futuro en manos de oligarcas aficionados a los cohetes, presuntos visionarios que nos hacen pagar su crisis de divorciado y a Taylor Swift yendose con el jet privado hasta por el pan XD.
7 de mayo de 2024, 11:13
Al final la historia es circular y es un eterno retorno al planeta de los simios xD. Libro que tengo pendiente, por cierto.
Yo también soy de los que está abrumado con tanto suceso histórico, que si pandemia por aquí, guerra por allá, inflación... a ver si podemos estar tranquilos unos años, que es un no parar.
Lo de la pandemia ha dejado a mucha gente turulata. En un mundo que se cae a pedazos y sin certezas de ningún tipo hay peña que se agarra a cualquier cosa, sea el terraplanismo o la aromaterapia. El cine refleja muy bien todo esto y ahora que empezamos a coger un poco de distancia con la gran disrupción que fue la pandemia, se puede apreciar más. Ya hay elementos comunes, como el desastre ecológico, que pasó de ser un mcguffin que usaba Michael Bay a un elemento central de muchas ficciones cinematográficas. Tampoco se vislumbran soluciones colectivas, casi siempre individuales, y el Estado o forma parte del problema o ha dejado de existir. En esas estamos.
Lo de Francia es como la antesala de lo que está por venir. Desde la Revolución no fallan una los cabrones xD. Entre el distópico Madrid y el edulcorado París no sabría qué elegir.
No hay demasiadas ficciones europeas que aborden estos problemas. Salvo francesas, claro. Me vienen a la memoria las de 'Acid' y 'Animalia' del año pasado. También su industria cinematográfica es la más potente. Habrá que ver si somos capaces de imaginar algo diferente.
Lo peor de los multimillonarios con cohetes es su legión de turras. Qué pesaos. Invierte en criptomonedas pero déjame en paz xD.
Sólo espero del próximo/a Capek que le ponga un poco de humor, que de drama voy servido.