'The Electric Forest' de Tanith Lee: agárrame esos espías
La obra de Tanith Lee es un universo enorme de novelas y relatos que se inscriben en el fantástico. A veces se acerca al terror, otras a la ciencia ficción, y su tratamiento puede ser más adulto o juvenil, pero siempre está presente un cierto lirismo y una sensualidad en su prosa. The Electric Forest se publicó en 1979 y pertenece al género de la ciencia ficción, dentro de ese otro cajón que es el techno-thriller, del que Michael Crichton era un experto.
La trama de The Electric Forest se sitúa en el mundo Índigo. No se dan muchas explicaciones al respecto, pero la Humanidad se ha expandido por el universo y Índigo es uno de esos nuevos mundos. En él vive una sociedad avanzada en la que la selección genética de los individuos juega un rol muy importante. Magdala Cled, la protagonista de la novela, es una marginada en esta sociedad de individuos perfectos, ya que su concepción siguió el curso natural, trayendo como consecuencia que naciera con imperfecciones.
A pesar de la brevedad de la novela, en The Electric Forest hay espacio para científicos locos, espías, guerra, clones, sexo y giros muy locos. De hecho, todavía no he decidido si los giros de la trama me gustan o no, pero desde luego no me han dejado indiferente. Como suele ser habitual en la obra de Lee, la trama bebe de la mitología clásica, en este caso de la griega. El mito de Pigmalión está presente en ese científico que crea a una nueva Galatea a la que insufla vida utilizando la "transferencia de conciencia" a un cuerpo sintético, un avatar casi perfecto en busca de la inmortalidad. Esta nueva tecnología es ambicionada por una corporación industrial y por la Federación. Magdala, con su mente transferida a un nuevo cuerpo, se verá mezclada en una trama de traiciones en la que deberá intentar sobrevivir.
A pesar del mito de Pigmalión y el de Frankenstein, del nuevo mundo de Huxley y de otras distopías imaginadas que preceden a esta obra de Lee, sorprende su capacidad de crear algo nuevo partiendo de esos precedentes, unos temas que posteriormente han sido utilizados en multitud de ocasiones, sobre todo en el cine. Estoy pensando en Gattaca (1997) y su selección genética, en Los sustitutos (2009) y sus robots, en la propia Avatar (2009) de Cameron, incluso hay algo de la nueva carne de Cronenberg y del body horror de Barker. Tanith Lee todavía sigue siendo una escritora bastante desconocida de la que se recuerdan sus primeros libros y a la que se coloca, si es que se la coloca en algún sitio, en la categoría de literatura romántica. Y la verdad es que nada más lejos de la realidad. Su obra merecería ser recuperada y, por qué no, adaptada a la gran pantalla. Netflix tiene en la obra de Lee material para ocho películas y doce series de nueve temporadas cada una. Todo es ponerse.
Lee, T. (1983). The Electric Forest. Hamlyn.
31 de octubre de 2023, 8:30
Con Tanith Lee Netflix tendría material para doce series...que cancelaría a la primera temporada XD (Después nos sacan un reality chorras y otra entrega de Elite y palante).
Con la producción de Lee, ella sola podría crear su propia categoría de Señoras ochenteras, porque pocas veces he visto a nadie tan prolífico y que haya sido tan olvidado sobre todo en España. Hace poco una editorial pequeña reeditó El señor de la noche, aunque todavía queda mucho.
La verdad es que sus aproximaciones a la ciencia ficción siempre me llaman la atención, aunque me guste más su fantasía oscura, por esa mezcla que suele hacer de temas. Y sí, lo primero que pensé en el argumento también fue en Gattaca.
19 de enero de 2024, 9:09
Lo de la obra de Lee es alucinante, esa señora escribía libros como churros. No sé el número de series que empezó, pero seguramente pasen de la decena. Y casi siempre dentro del fantástico, le tiró a a diferentes públicos. Estoy por fundar la Asociación de la Señora Tanith Lee, que hace falta que alguien ponga un poco de orden a su bibliografía. Es una gran desconocida en España pero también en su país.
Este libro es muy Philip K. Dick, otro señor que escribía libros como churros, y que muchas veces le quedaban reguleros, aunque la mezcla de temas y tramas locas siempre merece la pena. En "The Electric Forest" he pasado de "enfadarme" por un giro chorras a aplaudir con las orejas unas páginas después por otro giro aún más loco.
Señoras ochenteras, qué bonita categoría :)