'Killer Frequency' (2023) y 'Draugen' (2019): videojuegos de misterio y de dar un paseo
Killer Frequency (2023) es un videojuego de terror y misterio publicado y desarrollado por la británica Team17. Como videojuego es una mezcla entre aventura conversacional en primera persona, en la que tendremos que leer mucho texto y seleccionar las respuestas adecuadas, con toques de walking simulator, en los que tendremos que deambular por el escenario en busca de pistas.
Somos Forrest Nash, un locutor de radio venido a menos de la pequeña emisora local de Gallows Creek, la KFAM. Junto a Peggy, nuestra técnica de sonido, tendremos que salvar al mayor número de personas del asesino del silbido. El juego comienza con una llamada de la teleoperadora de la policía local, que nos informa que el sheriff ha sido asesinado y que se dirige al pueblo más cercano en busca de ayuda. A partir de entonces, todas las llamadas a la policía serán desviadas a nuestra emisora y tendremos que intentar salvar a todas las víctimas de la ola de crímenes que se desata esa noche.
El juego tiene varios finales y es bastante rejugable. Iremos recibiendo llamadas de víctimas del asesino del silbido a las que tendremos que intentar salvar. Es recomendable, ya que el juego no está dividido en capítulos, que vayamos guardando la partida al comienzo de cada llamada, pues lo más probable es que se nos pase alguna pista o cometamos algún error, que acabará con el oyente que ha realizado la llamada muerto. El juego tiene las voces en inglés y los subtítulos en español, con lo cual no es muy difícil de seguir, aunque si nos relajamos en algún momento la cosa puede acabar mal y tendremos que volver a rejugar esa escena.
Killer Frequency está ambientado, cómo no, en los años ochenta. Tanto la banda sonora como la ambientación tiran de esa nostalgia ochentera que parece que todo lo envuelve. Si obviamos esto y cierta parte jugable al final, que recuerda a los laberintos de las aventuras gráficas de los noventa y cuyo único propósito es alargar un poco más el juego, Killer Frequency es un juego más que disfrutable si eres fan de los slasher. Jugado del tirón no debería de durar más allá de las 5 ó 6 horas, cosa de agradecer en tiempos de mundos abiertos y partidas de cien horas.
Draugen (2019) es un videojuego de misterio desarrollado y publicado por los noruegos de Red Thread Games. Se trata de un walking simulator, a lo Firewatch. También en primera persona, tendremos que caminar y encontrar pistas que nos ayuden a completar el puzzle de la trama.
Ambientado en la década de los veinte del siglo pasado, nuestro personaje, Teddy, llega en barca a una pequeña isla noruega acompañado de Alice, de la que no sabemos cual es su relación con nosotros y con la que interactuaremos durante toda la aventura, en busca de su hermana Betty. Recorreremos la isla para descubrir que está vacía y que nuestros anfitriones perdieron a su hija poco antes de llegar nosotros.
Como juego, este es completamente lineal y no regujable: no hay múltiples finales ni diferentes opciones de diálogo. Nos dedicaremos a recorrer distintos puntos de la isla y a recabar pistas que nos ayuden a resolver el misterio del paradero de nuestra hermana y de los habitantes de la isla. Misterio que se ve venir de lejos y que sirve para hablar de otros temas como la pérdida, el dolor y las enfermedades mentales. Cortito, de unas tres horas, es uno de esos juegos contemplativos, pausados, melancólicos incluso, en los que no pasa gran cosa. Es un dejarse llevar. No sé si eso justifica que como juego sea bastante justito, pero para una tarde tonta, está bien perderse en una remota isla noruega.