J-Horror: VOLUMEN IV

Kidan Piece of Darkness (2016) es una película antológica basada en unos libros sobre historias de fantasmas. Por ahí están Koji Shiraishi y Mari Asato. Las distintas historias que componen la película son independientes unas de otras y siguen diferentes planteamientos narrativos: a veces existe un planteamiento previo, otras no, lo mismo sucede con nudo y desenlace. Al ser breves, de no más de diez minutos, algunos segmentos se quedan cortos y otros demasiado largos. Lo único irritante, sobre todo al principio, es la voz en off que introduce cada historia con el "recibí una carta donde contaban esta historia". En los primeros segmentos la voz está muy presente sobreexplicando la trama de manera innecesaria. 

Como suele ser habitual en este tipo de películas, hay segmentos mejores y peores. Casi todos son de temática sobrenatural y recogen alguna leyenda urbana japonesa y/o universal. Está el hombre sombra, la chica de la curva... O unos niños jugando en un cementerio.

La voz en off y la más que correcta producción, más de lo que suele ser habitual en este tipo de productos, le dan una unidad a la película.


Rin of Curse (2011) es una película dirigida por la japonesa Mari Asato. La historia gira sobre una colegiala que usa la escritura como manera de matar a sus compañeros de clase. Un poco como en Death Note, esta habilidad se basa en maldecir las palabras que escribe. Es tan potente que cualquiera que lea o vea su escrito, muere. En principio se nos presenta como una víctima de bullying, pero pronto descubriremos que las cosas no son lo que parece. Será una compañera suya, Yuka, la que descubra lo que hay detrás de tantas muertes.

La película, además de Death Note, también está influida por Ringu y esa idea de maldición que se expande como un virus. Algo también presente en It Follows (2014), la peli de Robert Mitchell. A veces la mejor manera de evitar la maldición es pasársela a otra persona.

Otra parte interesante de la película es la narración dentro de otra narración, con escena poscréditos incluida. Juega la carta meta de "esto es una ficción pero no". Además, como Kidan Piece of Darkness, la película luce bastante bien.


Kakari aka Possesed (2022) es una película dirigida por HiRoKi. No he encontrado casi nada de información sobre este director/a.

Juega la carta de Ring of Curse de narración dentro de otra narración, pero rizando un poco más el rizo. El prota es una especie de médium con poderes para ver el mundo sobrenatural que va a grabar un programa de lo oculto a un balneario abandonado. Mientras el reportero/presentador le va haciendo preguntas, se intercalan imágenes del canal de Youtube del prota. Por último, cuando le preguntan cómo consiguió sus poderes, empieza una película diferente que narra cuando era adolescente e hizo una excursión a una isla. No tiene nada que ver con lo habíamos visto hasta entonces, con esa cámara en mano simulando un documental. Y esta parte es donde empieza la mandanga de verdad. Por último, después de conocer esa historia de origen, se resuelve el asunto de la visita al balneario abandonado. 

Kakari es una película no muy conocida pero a la que se puede acceder gratis en Youtube con subtítulos en inglés. Y dura poco más de setenta minutos.









J-Horror: VOLUMEN III

Tales of Terror: Haunted Apartment (2005) es una película dirigida por Akio Yoshida. Además, no es de las que hay que perdonarle muchas cosas, ya que es una producción más que correcta a nivel formal.

Aimi es una joven adolescente que se muda con su padre a un nuevo apartamento. Su madre murió en un accidente de coche hace dos años y desde entonces todo ha ido a peor para ella: han perdido la casa y su padre se ha convertido en alcohólico. El nuevo edificio al que se mudan ha conocido mejores épocas y sus vecinos parecen ser gente extraña. Pronto descubren las reglas (como en Ringu) que les tocará seguir si quieren sobrevivir. Porque sí, el edificio está maldito (hola Ju on). Ai, una joven adolescente como Aimi, murió hace años. Era tal sus sentimiento hacia ese edificio que se quedó a vivir allí e invitó a otros espíritus. Sólo te deja mudarte del edificio cuando otros inquilinos se mudan. Y tienes toque de queda: a las 12 en casa o Ai te mata. Claro, esto conlleva una serie de problemas prácticos que aborda la película: no puedes ir a la universidad a otra ciudad, ni salir tarde del trabajo, ni aceptar una promoción que conlleve traslado a otra ciudad, ni ponerte malo y acudir al hospital. Pero el punto fuerte es la parte dramática (Dark Water), que va ganando terreno conforme avanza la trama. Tales of Terror: Haunted Apartment es una pequeña joyita con un par de giritos muy bien llevados.


Vanished: Age 7 (2011), también conocida como Vanished Girl in the Woods es una película dirigida por Ryuta Miyake. Miyake es responsable de una de las mejores películas de la saga Ju-on, Ju-on: White Ghost.

El segundo título por el que es conocida la película, la de Chica desaparecida en el bosque, es el que más se ajusta a lo que de verdad sucede. Y es mejor no leer ninguna sinopsis, porque la película juega a despistar y lo que se puede leer en la red sobre la película sólo ayuda a confundirnos más. Vanished: Age 7 es bastante tramposilla, con escenas que son un sueño o una alucinación de alguno de los personajes y con un desorden cronológico de la trama que nunca acaba de quedar del todo claro para el espectador.

La película narra la desaparición de una niña de 7 años en un bosque a la vez que se producen otras desapariciones de adolescentes en el mismo bosque. Todas sin aparente conexión entre sí, o eso es lo que parece.

Vanished: Age 7 no es una película a la que haya que perdonar muchas cosas, como sucede con otras (muchas) en el J-Horror, aunque los trucos para generar y mantener el desconcierto pueden irritar un poco.


Premonition (2004) es una película dirigida por Norio Tsuruta, con amplia experiencia en esto del terror. Suyas son Ringu 0 (2000), Dark Tales of Japon (2004) y Tales of Horror from Tokio (2003), por citar alguna de las "conocidas".

Como en Al final de la escalera (1980), el protagonista pierde a su hija cuando aparca el coche un momento para hacer una llamada telefónica desde una cabina. Mientras está haciendo esa llamada, aparece la hoja de un periódico anunciando la muerte de su hija. Algo que sucede unos minutos después. Luego no hay ni rastro de ese pliegue. Años después, es un profesor nada respetado en un instituto de secundaria, mientras que su ya exmujer se dedica a experimentos paranormales, entre los que están la precognición. Así es como vuelven a entrar en contacto para investigar eso que en la película llaman Horrible News.

La película tiene ecos de El efecto mariposa (2004), aquella película sobre viajes al pasado para cambiar cosas que siempre tenía consecuencias en el nuevo presente. Aunque estas similitudes acaban enseguida, ya que el planteamiento está hecho desde el sobrenatural japonés y no sobre la ciencia ficción. Porque también tiene pizcas de Destino final (2000), esa muerte cabrona que siempre tiene un plan.

¿Qué no haría un padre por salvar a su hija? ¿Y las consecuencias? Pues eso, película predecible de las ve venir de lejos pero que tiene polaroids que capturan la muerte, cintas de vídeo extrañas y periódicos del futuro. A mí me vale.


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J-Horror: VOLUMEN II

La tienda maldita (2004) o Cursed es una película dirigida por Yoshihiro Hoshino. Como muchas de las películas de J-Horror, esta es una de las directas a vídeo. Vamos, que no hay que esperar muchas cosas a nivel formal. La banda sonora, cuando hace acto de presencia, es como de peli de sobremesa de Antena 3. Pero pianillos aparte, la cinta tiene otros valores.

La película sigue la vida de Sao, una joven que trabaja como dependienta en una tienda 24h. Lo que sucede es que la tienda, como no esconde el título en castellano, está maldita. Además los dueños, el matrimonio Kimura, están como maracas. Todo cliente que tiene la desgracia de hacer una parada se lleva una maldición para casa. Está la mujer perseguida por un tipo con una maza y la cara vendada, la Sadako que sale de una nevera que es como la Tardis por dentro, el que va a los baños públicos y acaba con la cabeza rota... Y siempre, siempre, está el detalle de la caja registradora: siempre hace como un ruidito y marca cantidades como 666, 699, 999 o 44.444 (número de la mala suerte japonés). Y con la maldición para casa que te vas. 

No es un peliculón ni mucho menos, hay que perdonarle cositas, pero tiene algo que fascina y engancha. Es un poco como la Phantasm de Coscarelli, que debería no gustarte pero que cuando compras te da una alegría. El Aldi de mi barrio en Mánchester es tan sórdido como esta konbini, pero eso ya es otra historia.


Gate to Another World: Street View (2011) está dirigida por Soichiro Koga, un director con larga trayectoria en los directos a vídeo. Dicho lo cual y al igual que La tienda maldita, no hay que pedirle peras al olmo. Especialmente irritantes son los pianillos de la banda sonora.

La película narra una historia con tistes de creepypasta. Shimizu es una joven universitaria que vive con su madre, su abuelo y su hermana pequeña. Un día ésta desaparece y la única pista es una imagen del Street View abierta en su ordenador. Es la foto de una casa con una misteriosa figura en la puerta. Una figura que parece estar viva porque se mueve. Con ayuda de una amiga y de Wanabe, el joven friqui experto en lo oculto. Lo que Shimizu descubre es que hay otra realidad alternativa y el Street View a veces muestra una ventana a ese mundo. Pero claro, eso funciona en las dos direcciones: puedes asomarte a esa realidad pero también puedes ser vista. Lo cual, obviamente, nunca es buena cosa. La película tiene una cocción lenta que no se hace pesada, sobre todo por lo poco más de hora y diez de duración. El final es desolador. 


Occult Bolshevism (2018) es una película de Hiroshi Takahashi. Tiene otra peli, The Sylvian Experiments (2011), que también mola mucho. De las tres películas de las que hablo en esta entrada Occult Bolshevism es la mejor. Otra película pequeñita pero muy aparente. En poco más de setenta minutos Takahashi resuelve muy bien la papeleta.

Un grupo de personajes se reúnen para contar sus experiencias paranormales. El objetivo, se nos dice, es demostrar la existencia del más allá. El para qué, se nos revelará al final. Por si no queda claro con el título, la historia se sitúa en un Japón alternativo conquistado por la URSS. Es gracioso cuando para animarse, los personajes se ponen a cantar juntos el himno de la URSS. La casi única localización de la película, exhibe los retratos de Stalin y Mao. Nunca se explica cuál ha sido el giro histórico que ha convertido a Japón en un protectorado soviético, y casi que mejor, porque así va directa al grano.

Si ya es curioso ver a japoneses soviéticos, el rollo de científicos experimentando con lo oculto le añade un extra al misterio de la película. Además, Takahashi es todo un teórico (y profesor) de cine, se puede encontrar mucho subtexto en Occult Bolshevism. O se puede disfrutar como peli de terror.

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J-Horror: VOLUMEN I

¿Qué es el J-Horror?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es el J-Horror? ¿Y tú me lo preguntas?
J-Horror... eres tú


El J-Horror o nuevo cine de terror japonés ha evidenciado ser una etiqueta en la que cabe de todo. Incluso se ha aplicado el término a películas de otras nacionalidades. Shutter (2004) es una película tailandesa, pero también aparece en muchas listas de J-Horror. Sólo la pujante industria cinematográfica coreana parece reclamar para sí su propio cajón de sastre.

Habría que delimitar el término para no llevarse a equívocos y separar el grano de la paja. Ha existido cine de temática fantástica y de terror en Japón desde 1945. Uno de los subgéneros más cultivados en esas primeras décadas después de la II Guerra Mundial fue el kaiju, películas con un monstruo como amenaza principal. La más famosa y que ha traspasado fronteras es Godzilla (1954) y sus incontables iteraciones. El otro subgénero popular en esas décadas es el kaidan, películas de fantasmas tradicionales ambientadas en el pasado. De las famosas tenemos Onibaba (1964) y El más allá (1965). Luego existen cosas raras como Housu (1977) o mezclas de distintos géneros como Naked Blood (1995), pero que si bien tienen elementos de terror, no son J-Horror. Así pues, ¿qué es el J-Horror?

Lo primero que tenemos que saber sobre el J-Horror es que es una etiqueta occidental que se usa para referirse a las películas de terror japonesas y que comienza a usarse tras el éxito internacional de Ringu (1998). Alguna de las características de esta nueva corriente cinematográfica es que están ambientados en la actualidad, generalmente mostrando algún tipo de conflicto o drama, en el que suelen aparecer retratadas familias desestructuradas y/o temas como la soledad, el aislamiento y la incomunicación (hola Kairo). Por tanto, un kaidan ambientado en el periodo Edo no es J-Horror. La otra característica, cuasi definitoria del género, es el aspecto sobrenatural, sustentado en la cultura tradicional y folclore nipones. Audition (1999), la película de Miike que adapta la novela del Murakami bueno, no es J-Horror


Con estas breves pinceladas sobre lo que considero J-Horror y sin afán ninguno por pontificar, paso a hablar de algunas películas que me han gustado y que considero que merecen la pena.


Hikiko's Tragedy (2013), como es conocida en su edición en inglés, es una película dirigida por Hisatake Kikkawa. Amumo 98 es la productora detrás de la película. Especializada en la producción de películas de muy bajo presupuesto, casi cine de guerrillas, en esta película hay valores de producción que sin ser una locura, se elevan un poco sobre la media. No hay que olvidar que Omumo 98 es café para los más cafeteros.

Hikiko's Tragedy está rodada como un falso documental y sigue los pasos de un equipo de investigaciones paranormales. Hay un doble girito metanarrativo: el metraje que vemos no es sólo el de este falso programa, si no el de otro cámara, el becario, que graba al equipo para las tomas extras de una supuesta edición en DVD. Es así como descubrimos la fabricación del mito de Hikiko, el espíritu que se venga de los que han abusado de ella en el instituto despellejándolos vivos. No tienen escrúpulo ninguno, ante la falta de evidencias, en inventarse la historia de Hikiko. Es muy interesante el ejercicio sobre cómo la película conecta redes sociales, la retransmisión en streaming del programa, con la creación de una nueva leyenda urbana. Cuando empiezan a aparecer cadáveres de hombres despellejados, el director del programa intenta desvincularse de lo que han creado, pero ya es tarde. La película se vuelve un poco loca al final, con mucho personaje corriendo como pollo sin cabeza, pero no desmerece el viaje. Lo que podía ser una película llena de clichés, que los hay, con la idol presentadora haciendo cosas de idol presentadora, se convierte en una propuesta muy interesante y algo distinta a lo que estamos habituados.


Ura Horror (2008) es una película antológica dirigida por Yohei Fukuda y Koji Shiraishi, ambos directores de guerrilla. El más conocido es Shiraishi, que demuestra una vez más que lo del metraje encontrado es lo que mejor se le da, repitiendo lugares comunes de su cinematografía como esa especie de hilos negros que salen por la boca de uno de los personajes y que representan un espíritu maligno. Ura Horror está en la línea de las más que recomendables Noroi (2005), Occult (2009), A Record of Sweet Murder (2014) y su larguísima saga Senritsu Kaiki File Kowasugi! (2012-2023).

Ura Horror es una peli de segmentos que siguen una misma estructura narrativa: un señor o señora con la cara pixelada y la voz distorsionada presentan una cinta de un programa de televisión que no llegó a ser emitido o que se perdió porque tuvo lugar un suceso sobrenatural. Está la idol que presenta un programa de lo oculto que se va a buscar un santuario maldito al bosque, el doblador de cucharas en una escuela al que el truco le sale demasiado bien, el señor que imprime pensamientos en fotografías instantáneas, la médium que realiza un exorcismo a una niña... Todo segmentos breves, a veces incluso muy breves, con sus zooms a la nada, las repeticiones de escenas a cámara lenta y los cartelitos avisándonos de que lo que vamos a ver a continuación podría dañar nuestra salud física y mental. Koji jefazo.


The Vanished (2006) es una película dirigida por Makoto Tanaka. Con aires de thriller, poco a poco se va adentrando en lo sobrenatural. El prota es un reportero de una revista sensacionalista que investiga la aparición del cadáver de un niño ahogado. Mientras está en la sala de autopsias recabando información del médico, el niño se despierta y desaparece. La pista sobre este niño le lleva a una aldea casi abandonada del Japón profundo y a desentrañar el suceso que la traumatizó muchos años atrás, cuando treinta niños desaparecieron en el bosque sin dejar rastro. O al menos eso parece, porque algunos de esos niños vuelven a casa y piden a sus padres que les dejen entrar en casa. ¿Qué son y qué quieren? ¿Por qué no envejecen? El tema de los niños cambiados por las hadas nos suena en Occidente, pero en The Vanished le dan su toquecito nipón. Más allá del tema, la trama se toma su tiempo para avanzar y crear una atmósfera, que con la fotografía de tonos otoñales, impregna la película de un aire nostálgico y melancólico: la historia de la tragedia que golpea a un pequeño pueblo y a sus habitantes. De las tres películas de las que he hablado, esta es la que exige un poquito más del espectador, pero si entras en la propuesta el viaje merece la pena.


El J-Horror es un mundo donde abunda la purria y donde es difícil encontrar películas que merezcan la pena más allá de los títulos archiconocidos. Hay vida después de Ringu (1998), Dark Water (2002) y Ju-on: The Curse (2000). Sirva esta entrada para desbrozar un poco ese bosque.





 






Señoras latinoamericanas I: Mónica Bustos y 'Novela B'

Mónica Bustos (1984) es una escritora paraguaya que ha cultivado los géneros del terror y la fantasía. Novela B, publicada en 2013 y reeditada hace unos años, se adelantó unos años al boom iniciado con Las cosas que perdimos en el fuego (2016) de Mariana Enriquez. Eso y estar lejos de los centros editoriales latinoamericanos, sobre todo Argentina y México, ha causado que no sea un nombre tan conocido. Escribir desde la periferia no es fácil. Ahora es más sencillo sortear ese obstáculo y acceder a autoras y obras que de otra manera sería imposible. Aún así, su novela Chico Bizarro y las moscas (2010) ya fue publicada por Alfaguara en su momento. Lo que desató Mariana Enriquez, entre otras, fue la traducción a otros idiomas, sobre todo el inglés, trasladando este fenómeno editorial al centro anglófono del mundo.


Novela B, como su propio nombre indica, es un homenaje al cine de serie B. Si escribir desde Paraguay siendo mujer ya es estar fuera del canon, hacerlo desde un género como el terror es doblemente meritorio. Como pasa con el cine de terror y de serie B, en literatura forma parte de los márgenes y siempre es visto con desdén desde las élites que establecen el canon. Como decía un profesor mío de Lingüística, son señores con batín que huelen a Brummel, fuman puros y beben coñac. Algo que afortunadamente está cambiando, entre otras cosas, gracias a autoras como Bustos.

En Novela B hay una secta vampírica, OVNIS, conspiraciones y chupacabras. Con una narración fragmentaria, Bustos empieza a tejer su novela con capítulos dedicados a distintos personajes y hechos que luego va conectando poco a poco. Como en una tela de araña, la narración de Bustos te va atrapando y la historia comienza a cobrar sentido al conectar todos los puntos. Porque al principio estamos completamente perdidos como en una película de Fulci donde parece que nada tiene sentido. Y tampoco tiene que tenerlo, como en tantas películas de serie B. Lo importante, como ya nos enseñaron los griegos y nos recordaba Kavafis, es el viaje. Y el viaje que nos propone Mónica Bustos en su Novela B merece mucho la pena.


Otro rasgo a destacar de la novela es su carácter latinoamericano. Sus personajes están repartidos por todo el continente conformando una geografía pulp pocas veces vista antes en la literatura latinoamericana. Una novela coral llena de amor por los freaks, que son los monstruos que creamos y que verdaderamente pueblan la novela. Es nuestra mirada normativa, la que establece lo que es normal y lo que no, la que sitúa en el afuera a todo lo que se sale de esa norma. Y lo mismo que en la literatura y en el cine, el afuera es lo que no merece respeto, es donde nacen los monstruos. Algo que ya nos enseñó Elizabeth Engstrom en Cuando la oscuridad nos ama y El elixir negro.


Reeditada por Obscura Editorial, Novela B merece estar en ese nuevo canon que se está escribiendo desde Latinoamérica en estos años. Y por lo que a mí respecta, ojalá alguien la lleve al cine pronto, porque hay un potencial ahí sin explorar. Sólo falta que la traduzcan al inglés para que Stephen King le dé sus bendiciones. Hay mil razones para leer autoras latinoamericanas, Mónica Bustos es una más.

Bustos, M. (2020). Novela B. Obscura Editorial.