Eyes of Terror and Other Dark Adventures recopila nueve relatos y una entrevista y cuenta con un prólogo de la editora, Janis Dawson. La premisa de esta antología es devolver a imprenta y recoger algunos de los textos de L. T. Meade que se mueven en eso que podríamos llamar ficción extraña o weird fiction. Buena conocedora de los gustos del público, desfilan muchos de los temas en boga en la época: hipnotismo, espiritismo, lectura de manos, nuevos avances científicos... Y villanas. Porque además de algún que otro villano, también estos relatos están poblados de mujeres que no dudarán en aplicar toda su inteligencia en conseguir sus objetivos.
En Very Far West un doctor sufrirá un robo por parte de una extraña pareja que lo atraerá a su supuesta residencia. En Eyes of Terror una huérfana se pondrá en contacto con su vecino doctor para tratar de esclarecer si está perdiendo la razón o no, pues sufre de terroríficas visiones por las noches. The Man Who Disappeared narra la historia de un crimen perfecto, o de cuando la ciencia va por delante de la ley. En Followed una mujer joven se las tiene que ver con su suegra y el criado de ésta, un aborigen australiano que sabe mucho de serpientes. The Mystery of the Felwyn Tunnel un científico es contratado por una empresa ferroviaria para investigar la misteriosa muerte de uno de sus empleados en un túnel. The Dead Hand refiere la investigación de un caso aparentemente simple: el ahogamiento de un niño en una piscina. El problema es que este niño era el heredero de una vasta fortuna, además de que en su cuerpo hay una extraña marca. Después de leídos estos relatos, es fácil entender el porqué se consideraba a L. T. Meade como, si no la creadora, sí la responsable de popularizar el misterio científico. En casi todos los relatos el protagonista es un científico o un médico. Y si el protagonista es masculino se debe enteramente a que las mujeres no accedían a esas profesiones en la época de L. T. Meade.
Con Eyes of Terror and Other Dark Adventures The Swan River Press lo ha vuelto a hacer. La editorial irlandesa, además de publicar a autoras y autores contemporáneos, se dedica a rescatar la obra sobrenatural de mujeres olvidadas, como es el caso de L. T. Meade. Y además lo hace con una edición muy chula, ya desde la portada, obra de Brian Coldrick, y con un prólogo a cargo de la editora Janis Dawson muy interesante. Además de la elección de los relatos, muy acertada. Y me confirma un pensamiento: podría pasar lo que me resta de vida leyendo la obra obra de ficción sobrenatural de señoras victorianas desconocidas, porque es un pozo sin fondo.
Meade, L. T. (2021). Eyes of Terror and Other Dark Adventures. The Swan River Press.
La verdad es que esa portada no hubiera desentonado en alguna novela de fantasía publicada en este año, al menos en este caso sí que han conseguido hacer una maquetación llamativa.
ResponderEliminarCoincido en que sería posible pasar el resto de la vida leyendo a señoras victorianas porque la cantidad de autoras que están redescubriéndose es imposible. O más bien, el que hayan quedado en el olvido cuando muchas de ellas han aportado ideas que serían habituales con posterioridad o que fueran pioneras en el misterio científico. Además, este fantástico recuperado en el siglo xxi, suele ser una lectura más interesante que la producción infantil a la que se dedicaron gente como Nesbitt o Meade: no por falta de calidad o por haber envejecido mal sino porque veo muy difícil que un niño hoy pueda disfrutar igual con un texto infantil escrito hace un siglo..eso, mejor los que nacimos en él XD.
La portada del libro también serviría como cubierta de un juego de mesa xD
ResponderEliminarNo recuerdo el nombre de la página web, pero existe un registro de autoras victorianas y el número era de varios cientos, entre autoras conocidas y una inmensidad de desconocidas. Yo ahí tengo para lo que me resta de vida xD. La última que he leído es a Mary Elizabeth Braddon, y me ha vuelto a sorprender un montón lo moderna de muchas de sus narraciones, alguna de las cuales me recuerdan al humor autoparódico que a veces utilizaba Expediente X en algunos episodios.
L. T. Meade no me ha gustado tanto como Clotilde Graves, pero es que los bebés con bigote sigue siendo algo insuperable. Aún así, con muchas ganas de leer más cosas suyas. Por tono, y volviendo al audiovisual, me ha recordado a The Nevers, la serie de la HBO de Wheedon.