El cine siempre ha dado muy buenas películas de ciencia ficción, pero es verdad que los últimos años estamos asistiendo a un auge de este tipo de películas y además dotadas de gran presupuesto. Arrival, La llegada en España, es un ejemplo de esto. Además, podemos considerar a Arrival dentro del subgénero de la ciencia ficción más reflexiblo, de ideas... más filosófico en definitiva. Ejemplo de esta ciencia ficción está por supuesto 2001: una odisea espacial, pero también Contact, The Man from Earth, Moon y hasta Another Earth.
Bienvenidos a Silent Hill, visitantes
Cuando doce naves extraterrestres con forma de boina llegan a la Tierra los países ponen a sus científicos a trabajar para averiguar sus intenciones. Louise Banks es una experta lingüista a la que se le encomienda la tarea de comunicarse con los extraterrestres. Este punto de partida ya demuestra que la película no es otra de marcianitos al uso, donde los extraterrestres hablan un correcto inglés. En Arrival el problema del primer contacto se aborda de una manera realista. Louise se pasará toda la película intentando descifrar el lenguaje de los recién llegados e intentando poder comunicarse con ellos.
Una boina sobrevuela Montana
[SPOILERS] El truco de la película está en el flashback sobre la vida de Louise y su hija del principio, que no es un flashback. Louise descubre que el lenguaje de los extraterrestres modifica su estructura de pensamiento y de percibir el tiempo. Ellos no conciben el tiempo de manera lineal, como los seres humanos. Para ellos es un todo. Arrival basa su premisa en que la inmersión en un lenguaje cambia nuestra manera de pensar y modifica nuestro cerebro. Es así como Louise consigue viajar al futuro a través de esa nueva percepción, el regalo que nuestros visitantes hacen a la humanidad. Y es donde está el truco de la película muy bien utilizado por Denis Villeneuve: los recuerdos del pasado que tiene Louise sobre su hija durante toda la película no son tales, sino pequeñas escenas del futuro que todavía no ha vivido. Por eso la sucesión de escenas al principio es tan engañosa, ya que nos hacen pensar que Louise ha perdido a su hija y a su marido cuando es justo al contrario: todavía no los ha conocido. La metáfora de la película es el nombre de su hija: Hannah. Un palíndromo. Así, la película funciona como otro palíndromo. El principio es el final y el final el principio.