'Star Trek Beyond': llegó el equilibrio a la saga

Star Trek Beyond es la tercera película de Star Trek desde el reinicio de la saga en 2009. J. J. Abrams cede el testigo a Justin Lin, que lo más destacado que había dirigido hasta el momento es un par de secuelas de Fast & Furious.

En esta nueva película de Star Trek el capitán Kirk y la tripulación de USS Enterprise tendrán que hacer frente a una nueva amenaza. Una raza alienígena más avanzada tecnológicamente amenaza con acabar con todo. Krull, interpretado por Idris Elba, es el líder de esta, aparentemente, nueva raza, dejando claro que no sabe escoger papeles. No es que actúe mal, es que vuelve a suceder como en Los vengadores, optando por un papel muy por debajo de sus capacidades que desaprovecha su talento.

Star Trek Beyond es la película más equilibrada de la nueva trilogía. Desde el reinicio de Abrams, las películas de Star Trek combinaban acción y humor con resultados dispares, cayendo en lo que ya viene a ser un tópico desde hace tiempo: el abuso de CGI en general y en las escenas de acción en particular. Como si una escena se justificase sólo por la espectacularidad de sus efectos digitales y no por lo que aporta a la trama. Justin Lin consigue equilibrar todos estos elementos, sin rennciar a ninguno, logrando una película muy entretenida.

Otro de los puntos fuertes de la película es la buena dinámica que existe entre sus personajes, llegando a formar parte importante de la trama. Parece más propia de una serie de televisión, con tiempo para desarrollar complicidades entre personajes, que de una película, aunque pertenezca a una larga saga. Si las películas de Star Trek siguen por esta línea, no me bajo de la nave. ¡Velocidad absurda!

'Oblivion': el futuro se parece a Ikea

Entre 2013 y 2014 Tom Cruise encadenó dos cintas de ciencia ficción y acción, Oblivion y Edge of Tomorrow. Ambas son la cara y la cruz de una misma moneda. Lo que en una funciona, en otra es un completo desastre.

Desde 2001, el futuro siempre es un lugar aséptico de tonos claros. Parece el siguiente paso evolutivos: del homo sapiens al Ikea, con sus muebles minimalistas. En Oblivion la ambientación y la fotografía tiene ese estilo precisamente: Tonos blancos y líneas claras.

Oblivion es la historia de Jack Harper, un técnico reparador de drones. La Tierra fue atacada por una raza alienígena, los carroñeros. Se consiguió ganar la guerra, pero el planeta quedó contaminado. La humanidad emigró a Titán, pero todavía necesitan algunos recursos de la Tierra, como el agua. Harper se encarga de supervisar y arreglar  los drones que se encargan de proteger esos recursos de los carroñeros que todavía quedan. Harper no trabaja solo. También está su mujer con él. Ambos han sido sometidos a un borrado de memoria por cuestiones de seguridad y esperan unirse pronto al resto de supervivientes en Titán.

Hacia la mitad de la película la historia da un giro. No todo es lo que parece: ni su mujer es su mujer ni trabaja para la humanidad. Sin saberlo, está trabajando para el verdadero enemigo, que nunca fue destruido. Hay alguna sorpresa más. El problema de la película es que se ven venir, y no termina de aprovechar todo el potencial. Otra película similar en cuanto al giro, Moon, sí supo aprovecharlo y plantear temas interesantes, utilizando ese recurso como medio y no como fin. No se trata (sólo) de querer sorprender al espectador, también tiene que aportar algo argumentalmente. A pesar que la segunda mitad la película se encasquilla y tira por lo fácil, con escenas de acción, explosiones y mucho CGI, Oblivion es una película entretenida que se deja ver.

'Surrogates': la tecnofobia al poder

Surrogates o Los sustitutos, como fue llamada en España, es una película de acción y ciencia ficción dirigida por Jonathan Mostow y protagonizada por Bruce Willis. La película, estrenada en 2009, está basada en el cómic The Surrogates.

Ambientada en un futuro cercano, la humanidad está recluida en sus casas y sólo interactúa con el medio a través de robots. Además, estos robots son imágenes idealizadas de sí mismos. Todos son altos, guapos, musculosos... En este mundo que nos propone Surrogates la gente real no sale de casa, ni siquiera interactuán entre ellos de manera real, sólo con sus avatares. Mostrarse como uno es, es motivo de vergüenza.

Bruce Willis protagoniza a un policía que investigará una serie de crímenes relacionados con los robots y la tecnología que los hace funcionar. Si la utilización de un robot como avatar permitía a su dueño evitar potenciales peligros, los nuevos crímenes contra robots no sólo destruyen a éste sino que también acaban con su usuario, licuando su cerebro. También se nota la influencia de Philip K. Dick en cuestiones como la identidad, el quién es quién. Si un robot lo puede manejar cualquiera, ¿cómo sabes con quién estás hablando?

Aunque revestida de modernidad, Surrogates lanza un mensaje tecnofóbico y conservador. La rebelión de las máquinas como trasunto de la otra revolución es un lugar común muy manido. Surrogates, lejos de explorar la premisa de la que parte decide condenarla desde el principio, convirtiendo a la película en una serie de escenas de acción intercaladas en una trama policial que nunca llega a ser muy interesante. Todo para saber lo que ya nos dejaban claro al principio: las máquinas nos hacen menos humanos.

'Edge of Tomorrow': el Día de la Marmota

Basada en la novela All You Need is Kill del japonés Hiroshi Sakurazaka Edge of Tomorrow es una de las mejores películas de ciencia ficción de los últimos años. No es Interstellar ni pretende serlo, sólo es una película sin más pretensiones que entretener, pero muy bien hecha. Para eso cuenta con un reparto solvente, donde destacan los dos protagonistas, Tom Cruise y Emily Blunt.

En Edge of Tomorrow la Tierra es invadida por una raza extraterrestre. Tom Cruise interpreta a un militar que nunca ha entrado en combate. Cuando lo hace, en una gran ofensiva militar, acaba muerto, pero su sangre se mezcla con la sangre alienígena, permitiéndole reiniciar el día otra vez y recordar todo lo ocurrido. De esta manera conoce a Rita Vrataski (Emily Blunt), a la que también le pasó lo mismo, pero una trasfusión de sangre le ha hecho perder sus poderes. Juntos deberán repetir una y otra vez el mismo día hasta que sean capaces de llegar hasta mosntruo final, también con la misma capacidada, y acabar con él y con la amenaza que representa para la humanidad. Este bucle temporal en el que se ven atrapados los personajes convierte a Edge of Tomorrow en una especia de Día de la Marmota con extraterrestres, y la combinación de estos elementos no le sienta nada mal. También tiene un humor que ayuda a aligerar el tono de la película, ayudando a que no caiga en lo pretencioso.

Además de su falta de pretenciosidad, es una de las pocas películas de acción que no abusan en exceso del CGI. Muchas veces, esto se ha convertido en un fin, no en un medio, dando lugar a escenas que sólo forman parte de la película por su espectacularidad, y no por lo que aportan a la trama. Edge of Tomorrow es bastante consciente de esto y sólo busca contar una historia sencilla y entretenida.

'Looper': cerrar el círculo

Looper es una película de ciencia ficción dirigida por Rian Jordan y protagonizada por Joseph Gordon-Levitt, Emily Blunt y Bruce Willis. Ambientada a mediados dels siglo XXI, Looper nos muestra un futuro distópico, a medio camino entre los cielos nublados de Blade Runner y una película de cine negro.

En el 2074 se inventa la máquina de viajar en el tiempo, pero queda prohibido utilizarla. Sólo las organizaciones criminales usarán la máquina para deshacerse de aquellos a los que quiere muertos. Las víctimas son mandadas al pasado donde los loopers se encargan de asesinarlas. A cambio, estas transportan en se espalda un pequeño cargamento de lingotes de plata como pago por los servicios rpestados. O lingotes de oro. los loopers firman un contrato por treinta años, momento en el que serán mandados al pasado para que su yo de ese pasado les liquide. A cambio, los lingotes serán de oro y el círculo se habrá cerrado. En este futuro también hay hombres y mujeres con poderes telequinéticos.

[SPOILERS] Joe Simmons es un looper más que se ve perseguido por su propia organización cuando su yo del futuro consigue huir de él. La historia se centra entonces en las consecuencias de los viajes en el tiempo y de las paradojas que pueden surgir. El Joe del futuro quiere matar al gran capo mafioso responsable de la muerte de su mujer cuando aún es un niño, modificando así el futuro. La paradoja está en que es el propio Joe del futuro el causante de convertir a ese niño en lo que realmente será cuando crezca, asesinando a su madre. La salida que toma el Joe del pasado es suicidarse para cambiar el futuro.

La película apunta algunos temas interesantes que no llega a desarrollar, como ese futuro distópico que sirve como paisaje. También adolece de una cierta falta de coherencia en el desarrollo del personaje de Joe, que pasa de asesino y drogadicto a sacrificarse por una mujer y su hijo. Tampoco se explica por qué los loopers firman por treinta años ni por qué deben ser ellos los encargados de cerrar el círculo asesinándose así mismos, lo cual conlleva el riesgo que desencadena toda la trama: el no querer morir. No obstante, la película está bien narrada y se agradece el esfuerzo de querer contar algo distinto.

'Warcraft:The Beginning', el inicio de una saga

Adaptar cinematográficamente un videojuego nunca suele ser fácil y depende en gran medida del tipo de videojuego. Warcraft no es diferente  otras adaptaciones. Una de las cosas que más paga la película es el planteamiento en exceso abierto para otra secuela. El plan es crear una saga de películas basadas en el videojuego que sean independientes y funcionen fuera de éste.

El control de Duncan Jones, el director, sobre la propia película, parece haber sido mínimo. Duncan Jones mostró su estilo y buen hacer en Moon y Source Code, películas de presupuesto más que ajustado, sobre todo la primera. Sin embargo en Warcraft no se nota mucho su mano.

La película narra narra la gurra entre orcos y humanos. Los primeros abandonaron su planeta consumido y emigraron al planeta de los humanos Pero si no quieren que éste acabe con el suyo, deberán aliarse para derrotar al verdadero enemigo. El metraje de la película es excesivamente largo para lo que cuenta, y sin embargo se nota demasiado que han recortado escenas. Con lo fácil que sería hacer películas de hora y media y recortar escenas de acción llenas de CGI que no aportan nada a la tramaa. Para colomo, Travis Fimmel, que encarna al protagonista humano, demuestra una vez más que sólo tiene un registro como actor. Dependiendo del papel, canta más la cosa o menos.

Warcraft es lo que es, una película épica y de acción bastante blanca, pero entretenida. Maniquea, los personajes son bastante planos por necesidad. No hay que esperar personajes llenos de matices enfrentados a grandes dilemas morales. En Warcraft los personajes son funcionales a una trama bastante sencilla. Lo mejor de la película es que no se han estrellado con la adaptación; lo peor es que tampoco han conseguido una película memorable, lo cual no sería una pega si sólo pensasen rodar una película, pero todo apunta a saga.


'Zombie Island': colegialas con AK-47

Es difícil encontrar obras que te sorprendan dentro del subgénero de terror zombi, más teniendo en cuenta el auge que ha tenido en los últimos años. A pesar de la profusión de obras con la misma temática han sido pocas las que han conseguido salirse del cliché y los tópicos del género. La que más ha trascendido ha sido Guerra Mundial Z, con su estilo realista y periodístico, dándole una respetabilidad al género. No en vano se suele recomendar como «la novela de zombis para aquellos que no leen novelas de zombis». Otra obra que sobresale por encima de la media es Zombie Island, escrita por David Wellington, y que forma parte de la Trilogía Zombie. Utiliza y cae en casi todos los tópicos del género, pero lo hace una manera autoconsciente. No llega a ser una parodia, ni el hecho de su propia auntoconsciencia disculpa sus propios errores, pero sí es una obra que no engaña: ofrece lo que ofrece y nada más.

Zombie Island tiene dos tramas paralelas que convergen hacia el final de la novela. En la primera el protagonista es Delkab, un inspector de la ONU, que después del apocalipsis zombi se ve atrapado junto a su hija en Somalia. Allí será capturado por un ejército de mujeres somalíes cuya líder padece SIDA. Delkab será reclutado forzosamente con el objetivo de conseguir los medicamentos retrovirales que necesita la líder. La búsqueda de estos le llevará al cuartel general de la ONU en Nueva York, una ciudad atestada de millones de zombis. Conseguir los medicamentos no será fácil. En la segunda trama el protagonista es Gary, un médico que pierde la esperanza y decide convertirse en zombi. Eso sí, lo hace conectado a máquinas médicas que sigan suministrando sangre y oxígeno a su cerebro, de manera que cuando despierte no sea sólo una cáscara sin voluntad. Descubrirá que conservar la conciencia le abre la puerta a poder controlar a los demás zombis.

Zombie Island es una novela corta, nada que ver con algunos tochos que se han publicado, donde la trama avanza de una manera ágil. Es puro pulp. Hay colegialas somalíes con AK-47, momias egipcias, un druida y muchos, muchos zombis. Ya están tardando en hacer una película.

'The Crazies': el 'remake' definitivo

Como ha sucedido en otros campos, especialmente el de la literatura, el cine también ha experimentado el auge de películas de zombis/infectados. En líneas generales, muy poco originales la mayoría. The Crazies, estrenada en 2010, era otra más, que además cargaba con el sambenito de ser un remake de Romero. Además, está dirigida por Breck Eisner, director de Sáhara y otras películas olvidables. Y apesar de que todo apuntaba a un fracaso absoluto, The Crazies es más que una película correcta sobre zombis/infectados.

La película narra la caída en el caos de un pueblecito del Medio Oeste americano cuando sus vecinos son contaminados por un virus y convertidos en zombis. Añade el componente, muy de los noventa, de la conspiración gubernamental. El gobierno quiere probar un arma bacteriológica pero el avión donde la trasporta sufre un accidente y acaba estrellado en un río junto a un pequeño pueblo. Como dice uno de los personajes, "era el pueblo equivocado pero da igual". El primer tercio de la película desarrolla esta idea, el comienzo de la plaga y el descubrimiento de la conspiración gubernamental. Timothy Oliphant (Justified, Deadwood) y Radha Mitchell (Silent Hill, Surrogates) son los protagonistas; él el sheriff del pueblo, ella la médica. Tratarán durante toda la película de escapar de las manos de los soldados enviados para exterminar al pueblo y de sobrevivir sin contagiarse a la plaga zombi.

La película sacrifica el contenido más político de la original de Romero en aras de un mayor dinamismo. Y no resulta mal. El caso de The Crazies resulta ser el mismo que el de El amanecer delos muertos. Una actualización más estética que otra cosa a una nueva época, desechando las partes más políticas o de contenido social.
The Crazies es una película que sorprende, entre otras cosas, por mantener un buen ritmo durante toda la película. No es fácil, y uno de los mejores ejemplos es la serie de televisión The Walking Dead, a la que le suele encontrar el equilibrio entre lo contemplativo y la acción. En The Crazies no hay tregua, que diría Barricada, lo que unido a su corta duración, no más de hora y media, hace que la película se pase en un suspiro.












'Lost', sexta temporada

Se suele hablar mucho del final de Lost, que genera mucha división entre los fans, pero en general se olvida de donde viene. Desde la tercera temporada la serie entró en una huida hacia delante, tremendamente entretenida por momentos, pero bastante incoherente e incosistente con el relato de las primeras temporadas. Viajes en el tiempo con unas reglas que se incumplen cuando es necesario, reglas sobre la isla que cambian según convenga en ese momento... la coherencia interna de la historia hace tiempo que se convirtió en un animal mitológico para los guinistas de Lost.

La serie tenía algún toque místico al principio, sobre todo en el personaje de John Locke, pero con el devenir del tiempo esta característica se hizo más importante hasta abarcarlo (casi) todo. La idea del destino y su conflicto sobre el libre albedrío de los habitantes de la isla hace tiempo que flotaba en el ambiento. Unido al maniqueísmo en el que cayó la serie en estas últimas temporadas, se puso demasiado intensa, tomándose demasiado en serio y bordeando el ridículo en muchas ocasiones. ¿La excusa argumental? Ahora la isla es un lugar sagrado que hay que proteger, la luz no debe caer en malas manos. Al hacer girar todo sobre esta premisa, muchas explicaciones a los misterios de la isla son bastante frágiles, cando no directamente infumables.

La sexta temporada fue el punto y final de una serie que empezó siendo algo bastante distinto a como acabó. El misterio se usó como excusa para contar una historia maniquea sobre redencionel personales en medio de un debate sobre el libre albedrío. El final de Lost, siendo bastante mejorable, es coherente con esta etapa final de la serie. Lo que desluce a la serie no es el final, son los derroteros que tomó temporadas atrás.

'Kwaidan: cuentos fantásticos del Japón'

Kwaidan: cuentos fantásticos del Japón es una recopilación de relatos de fantasía y terror del folclore japonés recogidos por Lafcadio Hearn. La vida del propio Hearn da para otro libro. De padre irlandés y madre griega, nació en una isla Griega. Ya de adulto, como periodista, su vida fue igual de itinerante, hasta que se asentó en Japón a finales del siglo XIX. Allí se casó con la hija de un samurái venido a menos y se ganó la vida como profesor de inglés. Esta experiencia japonesa y su aculturación a Japón dio como resultado esta recopilación de relatos.

Kwaidan: cuentos fantásticos del Japón es la mejor manera que un occidental tiene (o tenía) de acercarse a ese mundo extraño que era y es Japón. Si en términos generales a principios del siglo pasado era casi todo lo que se desconocía de Japón y su cultura, con mayor motivo su folclore era algo totalmente ajeno para Occidente. La labor y el valor de la obra de Lafcadio Hearn fue recopilar un conjunto de relatos y leyendas que dieron a conocer ese folclore en Occidente. Casi cien relatos da buena cuenta de ello. Tampoco hay que perder de vista que lo que se nos ofrece es una visión muy particular, occidentalizada, de ese folclore. No es algo criticable, de hecho es casi inevitable, pero conviene tenerlo en cuenta.

Para los amantes del género fantástico y de la cultura japonesa Kwaidan: cuentos fantásticos del Japón es una obra que satisfará su gusto y curiosidad. Existen varias ediciones, la clásica de Alianza Editorial y la más completa de Valdemar. Cualquiera de las dos vale. También existe una versión cinematográfica de 1964, dirigida por Masaki Kobayashi, que adapta cuatro de los relatos recopilados por Hearn. Película o libro, o película y libro, son un buen acercamiento al Japón sobrenatural.




'Sin noticias de Gurb': novela ligera

Una parte importante de la obra de Eduardo Mendoza tiene más relevancia como documento histórico que como obra literaria.Sin noticias de Gurb no es una excepción. Cuanta más perspectiva temporal tenemos, más fácil es apreciar este efecto. Una cosa es que una obra sea producto de su tiempo, comono podría ser menos, y otra distinta es que quede al descubierto su escaso valor literario. Sin noticias de Gurb es como Mortadelo y Filemón: puede tener éxito fuera pero hay una serie de claves que se te escapan si no manejas todos los referentes.

Sin noticias de Gurb es la historia de un extraterrestre en busca de Gurb, otro extraterrestre. Para hallarlo, éste tomará la forma del conde-duque de Olivares, de Marta Sánchez, de Paquirrín... mezclando referencias de la cultura popular del momento y un humor surrealista con el paisaje de la ciudad de Barcelona de fondo.

Sin noticias de Gurb suele ser, o solía ser, la recomendación literaria para aquellos que no leen mucho. Además se destacaba mucho su surrealista sentido del humor, como un sketch de Faemino y Cansado. Leída ahora, ni es tan graciosa ni invita tanto a la lectura como pudiera parecer a algunos. Es, claramente, una obra menor dentro de la producción literaria de Eduardo Mendoza, ya de por sí llena de obras menores. Sin embargo, al ser tan breve, la lectura se hace amena. Sin noticias de Gurb no deja de ser una novela ligera para pasar el rato.



'El archivo de Sherlock Holmes': punto y final

El archivo de Sherlock Holmes es el último libro escrito por Conan Doyle sobre el detective más famoso de todos los tiempos. Luego vendrían más libros, algunos con el beneplácito de la familia y otros directamente piratas, pero el canon holmesiano se cierra aquí. Publicado en 1927, tres años antes de la muerte de Conan Doyle, El archivo de Sherlock Holmes está compuesto por doce nuevos relatos, la mayoría de ellos ya publicados anteriormente en revistas antes de ser recopilados en este volumen.

Los relatos de El archivo de Sherlock Holmes se centran en la época dorada del detective y su acompañante. Sherlock Holmes desarrolla su trabajo en el último tercio de la época victoriana, aunque hay algún relato que lo saca (no en esta recopilación) de su retiro para luchar por su país. Conan Doyle nunca se preocupó de hacer evolucionar a sus personajes. Watson se casa tres veces y enviuda dos, pero no tiene más efecto en él que ver menos a su amigo Sherlock. Sí hay dos relatos donde Conan Doyle se permite jugar un poco más. Son El caso del soldado de la piel blanqueada y La aventura de la melena de león, ambos escritos desde la perspectiva de Sherlock Holmes y no desde la de Watson. Y aunque interesantes por lo que suponen de novedad, es la propia novedad el origen de sus fallos. Conocer los casos a través de los ojos de Watson permite a este ser el contrapunto de Holmes y sorprenderse como se sorprende el lector al seguir el desarrollo de la mente deductiva de este.

El archivo de Sherlock Holmes no contiene los mejores ni más conocidos casos de Holmes. O das por casualidad con el libro o es que ya te has leído todo lo que publicó Conan Doyle sobre el detective y sólo te resta este volumen. En cualquier caso, Sherlock Holmes sigue siendo Sherlock Holmes.

'La caída de Hyperion': la epopeya

La caída de Hyperion es la continuación de la epopeya empezada por Dan Simmons Hyperion. Dividida por una decisión editorial la segunda parte fue publicada tan sólo un año después, en 1990, continuando con las aventuras de los peregrinos en el planeta Hyperion y la lucha entre la Hegemonía, el Tecnonúcleo y los Éxters.

Esta segunda parte está escrita, en el plano formal, de una manera más convencional, pero no menos brillante. Si en Hyperion Dan Simmons jugaba con distintas perspectivas y voces narrativas, ofreciendo un mosaico de distintos géneros con tramas que encajaban perfectamente en la historia que estaba contando, La caída de Hyperion es una narración lineal y mucho más convencional en cuanto al estilo.

Si en la primera parte era complejo seguir algunas tramas por la cantidad de datos que aportaba Simmons, esta segunda sólo los desarrolla. Comenzar la historia in media res con un montón de pequeños detalles que al principio se nos escapan al final tenía su recompensa en Hyperion. La caída de Hyperion no iba a ser menos, ya que aunque no aporta muchos más elementos y detalles sí resuelve satisfactoriamente las tramas abiertas en el anterior volumen. Y tiene mérito, porque no son pocos los hilos con los que juega Dan Simmons. Lo fácil, en otros casos, hubera sido caer en el caos más absoluto.

La caída de Hyperion, como su predecesora, desarrolla muchas ideas. Se habla de identidad, de política, de viajes temporales, de multiculturalismo, de religión, de filosofía... Es una novela total, genialmente escrita y tremendamente entretenida.




'Solos': zombis árticos

Literatura sobre zombis hay mucha y, en general, de una calidad muchas veces más que dudosa. Por eso atreverse con algunos títulos con la única referencia «es que es de zombis» puede llevar a muchas decepciones. O a alguna que otra grata sorpresa. Solos, de Adam Baker, pertenece al segundo club.

Un virus que convierte a las personas en zombis asesinos acaba con la civilización. Una pequeña tripulación de una plataforma petrolífera situada en el Ártico, quiere volver a casa antes de que se les acaben los recursos. Ésta es la premisa inicial de Solos, a la que Baker le saca bastante partido. Como en La cosa o Alien, el octavo pasajero, hay un grupo de gente atrapada en un espacio cerrado en medio de un medio hostil. La tripulación de la pataforma gradualmente, conforme el virus hace estragos, acaba aislada del mundo. Los recursos de los que dispone se agotan, y no cabe esperar otro barco con nuevos recursos. Están solos y deberán sobrevivir al fin del mundo por su cuenta.

Solos pertenece a ese subgénero de infectados, zombis que son tales debido a un virus. Aunque el origen del virus que se da en la novela no llega a ser muy convincente, la manera de contagiarse sí. Los infectados desarrollan un tipo de filamentos metálicos y el más leve contacto con estos acaba en infección. Baker, que utiliza distintas perspectivas y puntos de vista durante la novela, se atreve con una de las infectadas, en lucha permanente por conservar su conciencia y no unirse al rebaño de infectados.

Uno de los aciertos de la novela es la protagonista. Baker escoge como líder a una mujer, Jane Blanc, pastora protestante que en el primer capítulo intenta suicidarse por culpa del gran complejo que tiene con su cuerpo. Luego la historia sigue los clichés de autosuperación y de convertir a una persona normal en alguien excepcional, pero el principio es original.

La novela tiene dos partes diferenciadas: la primera, sobre el progresivo aislamiento del resto del mundo y sus consecuencias, y la segunda, más floja, sobre persecuciones varias. La primera parte es claramente la más interesante, jugando con los efectos psicológicos que la soledad y el asislamiento tienen en un grupo pequeño de gente encerrado en un espacio reducido. Poco a poco la tensión va creciendo hasta que se hace insoportable. Además, está el frío, el recuerdo de un medio hostil que no perdona. La segunda parte es la que desluce un poco más la novela, ya que el thriller psicológico, hasta ese momento muy bien llevado, da paso a una novela de acción y terror. Y a pesar de transitar por caminos muy trillados, Solos consigue sorprender y, sobre todo, entretener.